Capitulo 66: "La Espada Tóxica"

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Mientras en el palacio era todo un descontrol, en el Nilo, se hallaba Azeneth entrenando con Tut.
Ambos chocaron sus espadas, la pelea iba en verdad, parecía que no era un entrenamiento. Y como siempre, Azeneth terminaba ganando...

Tut: Por los dioses, extrañaba esos golpes por detrás -dijo tratando de recuperar el aliento. Pero luego se agarró el brazo ya que comenzó a dolerle-

Azeneth: Por los dioses... ¿¿Tut estás bien...?? -pregunto al verlo quejarse de su brazo-

Tut: Si... -en vez de quejarse comenzó a reírse- Es solo un dolor... Por hacer mucha fuerza

Azeneth: Hay dioses -se aserco hasta él y tomo su brazo para luego depositar un beso en él- Ven, vamos... Tenemos que recuperar el aliento -ambos se sentaron en una manta debajo de una sombrilla sostenida por unas siervas-

Tut se recostó en esta manta boca abajo mientras que Azeneth comenzaba a masajear su espalda...

Tut: Hay qué rico -dijo tan relajando por los masajes de Azeneth- Necesitaba esto...

Azeneth: Lo sabía... Ves que te conozco muy bien -dijo susurrando le al oído-

Tut: Otra de las razones por las cuales te quiero para mí -dijo dándose vuelta para que ella quedara encima suyo- Te amo Azeneth, me tienes loco

Azeneth: Yo tengo loco a todo hombre, a todo príncipe, a todo sacerdote, a todo soldado... -acaricia su mejilla- Pero para mí, hay un solo hombre en el mundo completo

Tut: Espero que ese hombre sea yo... -dijo acariciando su cabello-

Azeneth: Claro que eres tú... Nadie más que tú -volvio a besarlo en sus labios apasionadamente-

Tut: Mi amor... -le dijo, al rato de separarse- Nunca pensaste en... ¿¿Buscar a tus verdaderos padres??

Azeneth: ¿¿A mis verdaderos padre...?? -pregunto ella confundida-

Tut: Si... A tus padres hebreos... -dijo él, ella lo miró confundida-

Azeneth: Ellos me abandonaron... -dijo sería parandose de encima de él recostándose a su par- Y no tengo ni el mínimo interés de conocerlos

Tut: Pero son tus padres... ¿¿No tienes por lo menos la curiosidad de conocerlos o ver cómo son?? -pregunto él confundido-

Azeneth: Me abandonaron Tut, me dejaron a mi mersed en las aguas del Nilo. Sí mi mamá Henutmire nunca me hubiera encontrado, de seguro morir de hambre, de sed o comida por algún caimán o serpiente...

Tut: Eso es cierto... Pero debe haber una razón por la cual te dejaron en ese cesto, mi amor -siguio él-

Azeneth: La razón si la se... Ella me dejó en ese cesto porque no me quería y si no fuera por mi mamá, nunca estaría aquí con tigo

Tut: Pues eso si tienes razón... -la volvió a besar- Pero, son tus padre...

Azeneth: Pues para mí ellos están muertos, mi únicos y verdaderos padre, son Henutmire y Disebeck

Tut: Entiendo... -dijo triste- ¿¿No estás enojada conmigo??

Azeneth: Jamás me enojaría con tigo... -acaricia su cabello- Sabes que te amo y que siempre te amare

Tut: Yo también mi amor... -le dijo y la beso nuevamente-

Palacio Real...

Mientras en el palacio, se hallaba todos nerviosos por la salud del príncipe Ramsés.
Fuera del santuario se hallaban todos esperando por la salud del monarca.
En primera fila se hallaba Moisés con su madre Naila...

Naila: ¿¿Pero como se te ocurre Moisés...?? ¿¿Lastimar de esa forma a tú hermano?? -dijo serio-

Moisés: No fue mi intención mamá yo... Tuvimos una pelear y, no pude controlarme -dijo nervioso-

Naila: Hay hijo... Que los ángeles cuiden a Ramsés -dijo moviendo sus manos nerviosa-

Fue cuando notaron como el rey y la reina estaban llegando desesperados...

Seti: ¡¡Moisés!! -grito el rey llegando enojado asustando a todas las damas- ¡¿Qué pasó...?!

Moisés: Padre... Fue un accidente no quice lastimar a Ramsés yo... -dijo nervioso-

Seti: ¡¡Cállate!! Vete de aquí, no quiero vete ahora -le dijo enojado, Moisés no tuvo más remedio que irse seguido de su madre quien observo sería a su esposo- ¿¿Y Ramsés...?? -pregunto a Baketmud-

Baketmud: Lo están atendiendo mi rey... Justo ahora lo están cuidando -dijo con la cabeza baja-

Tuya: Hay mi pequeño Ramsés... -dijo alterada llena de angustia y desesperación-

Río Nilo...

Mientras, en el Nilo. Los dos jóvenes estaban descansando aún. Azeneth se hallaba recostada en la manta mientras que Tut se hallaba dándole uvas en su boca... Una de las siervas se hallaba sosteniendo una bandeja con copas llenas de agua fresca.
De allí llegó Lena desesperada...

Lena: ¡¡Princesa Azeneth!! ¡¡Princesa Azeneth!! -dijo la dama de Azeneth llegando corriendo desesperada-

Azeneth: ¿¿Lena...?? -pregunto levantándose de dónde estaba- ¿¿Qué sucede... No vez que estoy ocupada?? -dijo con enojó-

Lena: Lo lamento princesa... Pero, el príncipe Ramsés... -la interrumpe-

Azeneth: ¿¿Ramsés... Que tienes ahora Ramsés?? -dijo sería-

Lena: El príncipe Ramsés y el príncipe Moisés tuvieron una disputa horrible señora, el heredero trato de matar a Moisés pero él hirió al príncipe -cuando dijo que Ramsés estaba herido provocó que Azeneth la viera confundida y nerviosa-

Azeneth: ¿¿Hirió a Ramsés?? -dijo parandose de donde estaba recostada-

Tut: ¿¿Cómo...?? -pregunto levantándose-

Lena: Con una espada... -dijo casi llorando-

Tut: Una espada, si no desinfectan bien su herida... Puede que pierda la pierna...

Azeneth: ¿¿Tanto así...?? -dijo alterada-

Tut: Vi las espadas que tenía... Supe que, las limpiaban con una especie de líquido tóxico, el mismo que usan para las guerras lo que provoca una muerte segura

Lena: Hay dioses -dijo llevándose una mano a su boca-

Azeneth: ¿¿Tú sabes cómo curarlo Tut??

Tut: Si, atendí heridas como esas... Pero, necesito los ingredientes necesarios, además, Ramsés no querrá que yo lo trate

Azeneth: Si Ramsés no quiere morír... Tendrá que ser tratado por tú mano... Vamos -dijo serio y se fueron de inmediato al palacio-

La Luna De Los AmantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora