Capitulo 64: "¡¿Amor...?!"

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La hora de la cena había llegado. Se hallaba Azeneth sentada en una mesa con su madre, Nefertari, Lena, Yunet y Naila comiendo...

Henutmire: Hija... No tocaste tú comida -dijo al ver a su hija tan pensativa-

Azeneth: No tengo mucha habre mamá... Si me disculpan, tengo un poco de sueño -se levanta de la mesa y se va a sus aposentos-

Yunet: ¿¿Que le estará pasando a la princesa...??

Nefertari: Nada mamá, solo está un poco cansada. Hoy fue al Nilo

Henutmire: Tal vez es eso... Mi pobre hija siempre tuvo problemas de cansancio. Hoy en la tarde iré a verla

Naila: Ella estará bien Henutmire... Ya verás -dijo la segunda reina-

Aposentos de Azeneth...

Ella había llegando a sus aposentos y se acostó en su cama mirando al techo. En sus pensamientos solo estaba el joven hebreo que había salvado su vida de esa serpiente.
Se le pareció conocido a alguien... Pero... ¿¿A quién...??

Villa de los hebreos...

José había llegando a su casa y se había recostado en su cama pensando. Nunca en su vida habría soñado rescatar a la princesa de Egipto de una muerte segura por la picadura de una cobra.
Ella era tan hermosa, tampoco se espero un abrazo de su parte... Jamás imaginó sentir su perfume, su piel, su respiración en su cuello...

Amalia: ¿¿José...?? -dijo entrando- Ya está la comida

José: Bien... En un minuto voy... -le dijo, ella estaba por irse pero- Amalia -la detuvo- ¿¿Cómo es enamorarse de una persona??

Amalia: Bueno... Es cuando sientes que tú estómago se revuelve y tú corazón comienza a latir a mil por hora -dijo sentándose en su cama- Eso me pasó con Núm...

José: Núm es muy afortunado hermana, te tienes a ti...

Amalia: ¿¿Y tú...?? ¿¿Por qué preguntas esas cosas?? -dijo confundida-

José: Bueno... Yo -paso su mano secando el sudor de su nuca-

Amalia: Hay José... Dime quién es la joven -pregunto su hermana-

José: Es... Azeneth -dijo nervioso- Ella es el amor de mi vida...

Amalia: Valla hermano... Ella es, una chica prohibida para ti

José: ¿¿Y por qué...?? No es justo, también tengo derecho de enamorarme

Amalia: Si... Pero -dijo nerviosa- Ella es una princesa y no una joven de la aldea. Además, cree en Dios paganos

José: Pero ella es hebrea ¿¿No?? Puede creer en nuestro Dios -dijo él-

Amalia: Eso es lo que más queremos hermano. Pero no dejará una vida de lujo y riqueza por ser una esclava

José: Pero... La amo -dijo triste. Amalia lo único que hizo fue abrazar a su hermano-

La Luna De Los AmantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora