Capitulo 63: "Te Estare Enternamente Agradecida"

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Como estaba aburrido. Azeneth salio afuera del palacio, claro en compañía de algunos soldados.
Se hallaba sentada en una manta en el suelo observando el bello Nilo. Las nubes taparon el sol, por esta razón era un día nublado...
Azeneth se hallaba rodeada de soldados los cuales no le quitaban los ojos de encima...

Azeneth: Me siento extraña cuando me miran -dijo sería hablando a los soldados-

Soldado 1: Lo lamentamos princesa. Pero su padre nos dio la orden que no le quitemos los ojos de encima

Azeneth: Por lo menos déjenmen unos minutos sola ¿¿Si?? -dijo aún sería-

Los soldados lo pensaron... Se miraron entre ellos y asintieron...

Soldado 2: La dejaremos solo unos minutos sola majestad. Iré a patrullar el lugar si no hay peligro -dijo y todos se fueron dejando sola a Azeneth-

Ella respiro tranquila y se recostó en la manta, a su par se hallaba una bandeja llena de fruta.

José estaba llegando por algo de agua. Saco un poco de agua pero paro en seco al ver a Azeneth allí recostada. Se veía tan hermosa, su piel blanca, sus hermosas curvas. Era una diosa...
Pero este joven noto un peligro serca de ella, una de las serpientes se estaba colocando a la par de la joven. Él corrió hacia ella y trato de espantar al animal. Fue cuando ella abrió sus ojos y lo primero que vio fue a la cobra...

José: Calmese... -le dijo- No haga ningún escándalo... -dijo de nuevo. Él sabía que si ella se alteraba, la serpiente la mordería- Si ella nota su miedo la atacará...

Azeneth se quedó quieta. Apenas se le podía sentir su respiro, ella estaba aterrada. De sus ojos una lágrima brotó, José fue por detrás del animal y con cuidado agarró a la serpiente de su cabeza... Haciendo que el alma de ella vuelva a su cuerpo.
Dejo a la serpiente entre unos arbustos donde se fue, se aserco hasta Azeneth...

José: ¿¿Esta usted bien...?? -pregunto confundido-

Azeneth: -ella no dijo nada, solo lo abrazo de sorpresa confundiendo a José- Te lo agradezco... -dijo- Si no fuera por ti de seguro moriría

José: No hay problema -dijo el joven. En su rostro había un sonrojó. Fue cuando llegaron los soldados-

Soldado 1: ¡¡Princesa!! -dijo llegando con sus compañeros- ¿¿Qué hace con un hebreo aquí??

Soldado 2: ¿¿Este hebreo la está molestando princesa...?? -dijo empujando al joven haciendo que caiga sentado-

Azeneth: ¡No! -dijo deteniendo a los soldados poniéndose delante de hebreo- Él me salvó la vida

Soldado 1: ¿¿Le salvó la vida...?? -pregunto-

Azeneth: Una cobra iba a picarme... -les explicó- Pero gracias a los dioses llegó este joven y me salvó la vida...

Soldado 2: Siendo así... -dijo guardando su espalda seguido de sus compañeros- Le agradecemos a los dioses que esté bien princesa...

Soldado 1: Será mejor que volvamos al palacio... De seguro su madre está preparanda por usted

Azeneth: De acuerdo -dijo triste. Observo al joven hebreo y le sonrió- Gracias por salvarme José. Te estaré enternamente agradecida -dijo y se fue con sus soldados-

José: -en su rostro había una sonrisa y un sonrojó. Sabía que no podría estar con ella por muchas cosas, ella es princesa y él es hebreo. Ella es refinada y él es sucio. Ella es de la realeza y él es sólo un esclavo. Pero nada cuesta soñar-

La Luna De Los AmantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora