CAPITULO 12_2

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Minho se detuvo ante la cafetera y observó cómo el oscuro brebaje comenzaba a filtrarse hasta el interior del recipiente de cristal. Un instante después volvía a caminar de un lado a otro de la cocina. Hacía rato que no oía el sonido del agua de la ducha. En unos segundos aparecería Hyun Seung y él le esperaba ansioso por contarle lo acontecido durante los últimos días. Había recorrido la distancia desde la cárcel imaginando su reacción, y ahora quería contemplarla.

Cogió la casaca, que al entrar había arrojado sobre la mesa, y la colgó en el respaldo de una de las sillas. No había terminado cuando escuchó los pasos de su amigo.

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—¿Hoy te han soltado antes o has venido haciendo sprint? —bromeó Hyun Seung en cuanto le vio.

—Un poco de cada. Tengo algo importante que contarte —tomó aliento antes de continuar— ¿Qué pensarías si te dijera que he dado con la forma de entrar en la tienda? —Hyun Seung agarró con fuerza la jarra con café recién hecho y se volvió. Una señal de alarma brillaba en sus ojos marrones.

—Me acojonaría.

—Pues la tengo —respondió Minho con gesto complacido.

—¡No jodas, Bro! Creí que había quedado claro que eso no se puede hacer —Minho cogió dos tazas del armario y las dejó sobre la mesa.

—Tranquilo. No necesito forzar ninguna cerradura.

—Entonces, ¿por qué me sigue preocupando tu sonrisa de satisfacción? —consultó con los dedos crispados en el asa de vidrio.

—Siéntate y escucha —dijo Minho por toda respuesta mientras ocupaba una de las sillas. Hyun Seung cogió en su otra mano la jarra con leche caliente y dejó las dos sobre la mesa, al lado del azucarero y las cucharillas. Después se sentó frente a su amigo.

—Desembucha —pidió con aprensión.

—Kibum ha estado unos días detrás de mí, ofreciéndome un trabajo. Se trata de hacer unos diseños.

—¡No me vengas, tío! —estalló Hyun Seung— Quedamos en que te ibas a mantener lejos de esa tipo. ¿Ahora vuelves a verlo y quieres hacerme creer que ha sido ese quien te ha buscado?

—Sabía que te costaría creerlo, aunque no esperaba que dudaras de mí —dijo con reticencia, sirviendo el café en las dos tazas. Hyun Seung, impaciente por conocer más detalles, aceleró el proceso añadiendo él la leche.

—¡Júrame que no has sido tú quien lo ha buscado, y en todo caso explícame qué quiere de ti y qué es eso del puto trabajo! —la mirada de Minho se endureció durante unos segundos.

—Prometí que no volvería a acercarme a él y así lo he hecho —aseguró con forzada calma— Él sólito ha caído en la trampa al buscarme para proponerme algo perfecto. Y aún no entiendo por qué lo ha hecho —continuó seguro de que habían terminado los malos entendidos— Le dije que me dejara en paz. Te juro que no tenía ninguna intención de aceptar ese trabajo, hasta que le escuché hablar de la tienda.

—¡No me jodas! —apartó su taza sacudiendo el café y derramándolo por el borde— ¿No me digas que aceptaste para tener acceso a su negocio? —Minho trató de tranquilizarse. No quería discutir por algo que debería ser un motivo para alegrarse.

—Sí, acepté —cogió la cucharilla y comenzó a remover con insistencia su café, en el que no había vertido azúcar— Comprendí que eso solucionaba todos mis problemas y por supuesto acepté.

—¡Maldita sea! —exclamó Hyun Seung poniéndose en pie y empujando la silla hasta hacerla chocar contra la pared— ¿Se puede saber dónde te has dejado el cerebro? —preguntó al tiempo que le daba la espalda y se alejaba hacia la ventana.

Je T'aime Et Je Te Hais _ Adaptacion (MinKey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora