CAPITULO 04_2

287 21 0
                                    

—¿Qué pasa? —preguntó sorprendida.

—Nada —respondió Hyun Seung aguantando la mirada sin pestañear— Únicamente he comentado que tú deberías saberlo.

—¿Qué debería saber? —preguntó de nuevo, esta vez directamente a Minho. Él continuó retando a su amigo con ojos cargados de furia y la mandíbula tensa.

—¿No crees que eso tendría que decidirlo yo? —le interrogó mientras estrujaba con saña el cigarro contra el cenicero.

—Es justo que ella lo sepa —insistió— Está contigo —recalcó con deliberada intención de hacerle sentir responsable.

—¿Quieren dejar de hablar de mí como si yo no estuviera? —gritó ella golpeando con la palma abierta sobre la mesa— ¿Qué es eso que aún no sé si debo o no debo conocer? —Minho expulsó el aire con fuerza. Se echó contra el respaldo y arrastró la silla separándola de la mesa como si necesitara espacio para respirar. Amonestó en silencio a Hyun Seung antes de volverse hacia Hyun Ah con gesto resignado.

—Voy a hacerle pagar por lo que nos hizo —musitó al fin. Sabía que no necesitaba añadir nada más. Hyun Ah palideció. Había rogado por que Kibum ya no tuviera cabida en su pensamiento. Descubrir que pensaba en él, y que lo hacía con la intención de tomarse venganza, la aterró.

—No puedes... No... No puedes... —farfulló incapaz de expresar con palabras los oscuros pensamientos que la asaltaban.

—Debo hacerlo, Hyun Ah. Por Minseok, por mí —hablaba de venganza, sin embargo, su tono de voz era suave y dulce como siempre que trataba de razonar con ella— Utilizó mi vida, utilizó mis sentimientos. Y se lo haré pagar.

—¡Díselo tú! —pidió a Hyun Seung, que permanecía frente a ella mirándolos en silencio— Eres su amigo. Convéncele de que esto es una locura —Hyun Seung se revolvió en su silla y apartó su plato. Se había quedado sin apetito.

—El tal Kibum no le verá —aseguró como si hubiera presentido que esa era una de sus preocupaciones— No se encontrarán en ningún momento. Puedes estar tranquila.

—¡Pues no lo estoy! —exclamó, enojada, y se volvió hacia Minho— Me niego a creer que esto comience de nuevo, como si no hubieras tenido suficiente con esta condena.

—No será el comienzo, sino el final de una historia no concluida —explicó con paciencia.

—Da igual cómo lo llames. Volver sobre lo mismo, cuando lo único que tienes que hacer es mantenerte apartado de ese hijo de perra que te destrozó la vida, es tentar a la suerte.

—No puedo dejarlo así. No podré vivir si lo dejo así —Hyun Ah se cubrió el rostro con las manos y suspiró con fuerza. Se preguntó si las desgracias que habían comenzado hacía cuatro años tendrían final alguna vez.

—Te quiero —susurró al volver a mirarle— Y estoy asustada. Si te empeñas en esto puede volver a ocurrir: puedes terminar de nuevo en la cárcel o... o pueden matarte, igual que hicieron con Minseok —Minho trató de no pensar en Minseok. Sabía que lo había nombrado para hacerle consciente de la realidad, y solo porque no sospechaba que morir no era algo que temiera. Desconocía que él no pedía otra cosa que tiempo para ejecutar su venganza, y que a veces creía sobrevivir exclusivamente para obtener esa fría e inútil satisfacción.

—No. No lo harán —aseguró aun sabiendo que eso no la tranquilizaría— He planeado algo simple y limpio que hasta un niño podría llevar a cabo. Ese habrá jodido la vida a mucha gente —se aventuró a suponer— Yo solamente seré uno más al que no recordará cuando se pregunte quien se la ha jugado.

Je T'aime Et Je Te Hais _ Adaptacion (MinKey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora