Capítulo I

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Había terminado la temporada de patinaje, el Mundial, el Campeonato Europeo, el Cuatro Continentes, todo había acabado. Yuri le ganó a Viktor en las nacionales y el Campeonato Europeo, Yuuri había ganado el oro durante las nacionales y el Cuatro Continentes, en el Mundial Yuri y Viktor empataron.

Yuri mantenía un contacto con Otabek y en poco tiempo lograron ser muy cercanos entre ellos, mantenían conversaciones por Skype y chateaban casi todos los días. Incluso, Otabek había viajado a Rusia para el cumpleaños de Yuri.

Yuri también había tomado unas semanas para acompañar a Otabek cuando su madre contrajo cáncer y lo acompañó al entierro. Aunque Yakov estuvo como loco una semana exigiendo aún más.

Hablaba de puras trivialidades con Otabek cuando Yakov le ordenó entrenar.

Yuri le dedicó un resoplido de fastidio e inició una combinación de saltos que planeaba usar en la siguiente temporada, deseando hacer su propia coreografía.

Una serie de cuádruples y triples, se movía con gracia y seguridad por la pista.

— ¿Yurio, pasas a cenar hoy? —Lo llamó Viktor—, nos abandonaste por Otabek la otra noche, debemos celebrar tus logros.

—No me molestes viejo, hoy viene mi abuelo —le replicó el Hada Rusa.

Ignoró a la pareja, para ser sincero apreciaba a ambos y los admiraba, aunque nunca lo aceptaría.

Durante un momento los envidió, ambos habían cambiado desde que estaban juntos, a pesar de tener cierta incomodidad al principio por todas las propagandas homofóbicas que impartían en Rusia los admiraba, por encontrar a alguien quien los complementara y no les importara la opinión de otros.

— ¡Yuri! —llamó Georgi mientras agitaba el teléfono del aludido.

Yuri observó la pantalla y sus ojos brillaron.

— ¿Cómo estás? —dijo en un tono amable y dulce.

—Saludos a Otabek —le gritó Viktor.

Yuri torció los ojos, dos personas recibían un saludo amable de su parte, Otabek y su abuelo. Aunque una pequeña parte de sí deseara que fuera el primero.

— ¿Quién es Otabek? —preguntó una voz masculina desde el celular.

—No eres mi abuelo, ¿Qué quieres y quién eres?

—Siempre fuiste agresivo —dijo la voz de manera nostálgica—. Soy tu tío, Vladimir.

— ¿Por qué me llamas desde el teléfono de mi abuelo?

—Él y tu madre no van a ir.

— ¿Es la espalda, hay un problema en la carretera?, no importa, puedo pagar un vuelo, o ir con ustedes.

—Yuratchka, ambos estaban de camino pero... se deslizó, no se pudo hacer nada, cuando encontraron la camioneta de tu abuelo, ya era demasiado tarde.

—No —dijo Yuri en un tono quedo—. Él va a dormir en mi cama y se quejará de que debe dormir en el sillón por ser un invitado, prepara katsudon pirozkhi, veremos una película, y va a jugar con Potya, me dará un regalo y comeré un pastel de chocolate entero.

—Yuratchka, murieron.

—No —Las manos de Yuri temblaron y apretó los dientes—. No me llames Yuratchka, es una mentira.

—Yuri...

— ¡ES MENTIRA! —gritó por el auricular, canceló la llamada y lanzó el teléfono por la ventana abierta.

ErrantesWhere stories live. Discover now