Lentamente la oscuridad que me rodea comienza a tornarse menos densa, puedo percibir nuevamente los sonidos, y escuchar claramente todos los murmullos que me rodean, he llegado de nuevo a mi infierno personal.
Permanezco con los ojos cerrados, no necesito abrirlos para saber que ya no estoy en el callejón ni cerca del hospital.
No, este no ese lugar.
Se perfectamente en dónde estoy, no es una alucinación, no lo estoy soñando. Lo sé a la perfección, por ese maldito olor que se percibe: jazmines.
Quizás si esta vez no me mueva todo será más rápido, tal vez si no reclame nada, todo termine. Pero de pronto escucho un fuertemente golpe en el suelo frente a mí, sé que es un bastón, se quien lo porta, pero no me moveré.
— Lo has vuelto a hacer Elizabeth — dice con un tono enojado, esta familiar voz.
— Sabias que si la salvabas esto iba a suceder y aun así lo has hecho, así que debes de sufrir el dolor de su muerte —
Me quedo en silencio, pero él sabe muy bien que estoy escuchando.
— Bueno... comencemos —
Hasta hace un momento, el dolor había desaparecido, como si mi cuerpo estuviera adormecido, pero de pronto, el dolor regresa.
Ahora más Intenso y violento, que hace algunos segundos.
Soy consciente de este enorme dolor que se expande por cada una de las partes de mi cuerpo, mi rodilla rota, mi brazo dislocado y colocado en una posición anormal, mi cuello que seguramente también está roto.
Me contengo lo mejor que puedo para no comenzar a gritar, pero es inútil, al igual que las veces anteriores, no soy tan fuerte para ocultar el dolor que estoy sintiendo, no lo soy.
Y comienzo a gritar.
Un lamento agónico sale de mis labios. Sollozo, trato de hablar pero con mi cuello en esta posición solamente me permite sacar un sonido gutural.
Cuando pienso que lo peor ha pasado, el bastón vuelve a golpear el suelo y siento como este mismo dolor ahora me golpea en el pecho y se extiende poco a poco por todos lados.
Ah, claro es mi corazón. Lo había olvidado pero ahora se encontraba ahí de nuevo, golpeteando mi pecho, débilmente, casi con vergüenza por ser el único en latir, en todo este lugar, pero ahora que mi latido ha regresado, también comienza a volver el flujo de mi sangre. ¡Oh que dolor!, ahora que vuelve a fluir sangre por mis tejidos el dolor es mayor. Se lo que sigue después, siempre es lo mismo, primero la calma, después el dolor, seguido de más dolor y después la curación.
No sé cómo describir esta sensación, es totalmente sub-realista, no sé cómo me ven los otros, pues nunca he visto esto en nadie más.
Siento como el adormecimiento de mi pierna desaparece, mi herida está siendo cerrada, después de un agudo dolor el hueso de mi pierna ha vuelto a unirse, y antes de notarlo un "crack" suena, sin duda se trataba de mi cadera poniéndose de nuevo en su sitio, pero ahora que está todo el su lugar el dolor es más intenso, más real. Y esta misma situación ocurre una vez más con mi brazo y mi cuello.
Durante todo este tiempo los seres que se ha congregado a mí alrededor han ido en aumento, me ven gritar y suplicar para que este dolor cese, pero nadie trata de ayudarme, solo se limitan a observar del espectáculo que mi cuerpo está dando. Y cuando todo nuevamente se encuentra en su lugar, trato torpemente de incorporarme, con todo el cabello enmarañado, sangre esparcida por toda la ropa a causa de las heridas y algunas cuantas gotas de sangre causadas por morderme la lengua hasta sangrar en mi fallido intento por no gritar.
Lentamente el dolor va disminuyendo, dejando mi cuerpoadormecido, mi respiración aun es agitada, trato de respirar de forma regular ycuando lo logro, levanto lentamente la cabeza, y miro hacían el frente.
Trato de ignorar a todas estas almas que me rodean, y fijo la mirada en los cuatro tronos que se encuentran frente a mí, en uno de ellos se encuentra un hombre que me observa fijamente, lo conozco porque esta no es la primera vez que me encuentro aquí, trato de mirarlo evitando que nuestras miradas se crucen pero, de pronto escucho un suspiro de aquella persona y nuestras miradas se cruzan.
— Elizabeth, ¿Por qué no te limitas a hacer tu trabajo? — el hombre me mira con ojos cansados, quizás por repetir una y otra vez el mismo discurso.
— Esto es una pérdida de tiempo, pero te lo tengo que decir. Has salvado a una vida humana de su muerte predestinada a.... —
Mientras el habla, el golpeteo de mi corazón se vuelve más regular, y el un calor comienza a recorrer mi cuerpo, miro mis manos y veo que el color ha regresado a ellas, sigo viva, o algo así.
—¿Eres consciente de lo que has hecho? —
— Lo soy Vladimir, pero sabes muy bien que yo odio todo esto — le contesto en un tono bajo, colocándome de la forma más recta que me es posible, para parecer más tranquila, mientras trato de no tambalearme como un cordero recién nacido.
— Está es tu naturaleza, es nuestro destino, es lo que debemos de hacer para redimir nuestros pecados — comenta Vladimir de modo casi automático.
— Yo aún no debo de pagar por nada — reclamo, sintiendo como el enojo se comienza a apoderar de mí.
— Eso es cierto — coincide Vladimir.
– Aun no es tu tiempo... aunque parece que deseas morir —
— Si lo que quieres es mi vida adelante, tómala — digo escupiendo las palabras llena de furia, mientras le muestro mi mano.
En la cual se puede ver claramente un delicado hilo color violeta que se encarga de unir mi dedo corazón, con el dedo meñique de Vladimir.
— Si es lo quieres hazlo, tal vez así no tendrías que reprenderme tantas veces por mi actitud — —¿En verdad es eso lo que deseas? — me pregunta mientras se puede observar claramente una gran furia en sus ojos.
— Quieres echar por la borda los sacrificios de tu madre —exclamo Vladimir furioso.
Esto es lo único que me faltaba que metiera a mi madre en esto, esto ha sido la gota que derramo el vaso. Salvar a una chica, sufrir un indescriptible dolor, morir, llegar a este lugar, sanar, ser reprendida y todo esto para escuchar acerca de mi madre una vez más.
No es algo que una persona normal soporte en un solo día, y como no soy nada normal, exploto.
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La condena anticipada - Angeles de la muerte (CA libro 1) ¡¡TERMINADA!!
ParanormalElla no pidió mas tiempo sin embargo se lo concedieron. ¿El precio? convertirse en un ángel de la muerte. Elizabeth deberá recolectar el alma de los muertos y tomarlas para sobrevivir pero... ¿que pasa cuando un ángel de la muerte se revela? ¿que...