Un segundo después abro los ojos hallándome de nuevo en el callejón, respiro profundo y puedo sentir una vez más mis pulmones llenándose de aire, me quedo tumbada un momento mientras trato de sentir los latidos de mi corazón que se encarga de bombear sangre a todo mi sistema, "oh, es tan agradable".
Me levanto débilmente, a pesar de que las múltiples heridas que sufrió mi cuerpo desaparecieron, aparentando estar sano, pero aun en esta situación siento el cuerpo pesado y adolorido, me recargo en la pared fría del callejón y después de dar dos o tres respiraciones tan dolorosas como el infierno, comienzo el camino a casa.
Por un lado estoy deseando llegar rápidamente a mi casa para recostarme y descansar, por otro lado desearía nunca llegar.
Solo el pensar, en lo que hará mi abuela si me ve en esta situación....
Trato de sacar el pensamiento de mi cabeza lo más rápido posible, además se supone que mi abuela está en una reunión con sus amigas, así que si, me apresuro lograre llegar antes que ella, me duchare, utilizare alguna loción que oculte este olor y ella ni siquiera lo notara.
Sin darme cuenta, he llegado a casa, levanto ligeramente la cabeza, pero el mínimo movimiento me ocasiona un gran malestar, pero pára mi desgracia puedo contemplar el coche de mi abuela que se encuentra ahí, ¿Porque? ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí?.
Me coloco lo más recta que puedo, acomodo mi cabello con ayuda de mis dedos y le doy un rápido vistazo a mi ropa.
Tengo un poco de sangre en la manga de mi saco y en la parte delantera de mi chaleco, así que arremango las mangas del saco lo más que puedo, tratando de ocultar cualquier rastro de sangre que pueda llegar a verse, respiro profundo y trato de parecer serena y tranquila antes de entrar.
Doy algunos pasos antes de entrar en la sala y no veo a mi abuela. Suspiro un poco aliviada, quizás no se llevó el auto. Parece que me he salvado y antes de poder subir las escaleras digo suavemente.
— Estoy de vuelta— tratando de no llamar la atención ante mi llegada pero antes de comenzar a subir las escaleras, escucho una voz.
— Bienvenida— era mi abuela quien me daba la bienvenida desde la cocina, y casi al instante ciento que mi sangre se detiene otra vez – ¿cómo te fue?.
— Bien, bien... iré a mi habitación— digo rápidamente tratando de escapar de mi abuela
— Ven aquí, cuéntame que tal.... ¿Qué es ese olor?— comenta con una suave voz ahora desde el pie de las escaleras.
— Diablos— digo mientras me detengo a solo pocos pasos de la salvación, "ah, estuve tan cerca" pienso para mis adentros.
Tal vez podría ocultar la sangre pero el olor a muerte no, porque tenía que estar impregnado en mí, bueno en cierto modo el día de hoy había muerto. Tenía que calmarme y mostrar mi rostro lo más calmado posible, respire profundo y vuelvo la mirada para encontrarme con mi abuela.
Nunca dejara de sorprenderme la perfección en la cual permanecía su postura erguida, sus delicados rasgos faciales que aun podían notarse a pesar de estar invadido por unas cuantas arrugas, el agudo oído que poseía a pesar de su edad avanzada y aquellos ojos de un color turquesa que en estos momentos me miraban fijamente, su rostro redondeado se veía enmarcado por una blanca cabellera que le llegaba hasta la cintura toda enredada en una bella trenza y a pesar de que su rostro podría hacer parecerla amable, yo sabía que podía llegar a ser sumamente severa.
— ¿Y bien?— dice sin apartar la vista de mí, suspiro un poco resignada y camino hasta el lugar en donde ella se encuentra, pero escapar ya no es una opción, ahora estamos frente a frente y ella comenzó a examinarme de pies a cabeza. Era imposible ocultar cualquier rastro de lo ocurrido cuando me encontraba ante ella, delicadamente toca la solapa de mi saco al igual puños. Se ha percatado de la sangre, mientras lo hace guarda silencio, pero al final de su inspección me mira con reproche y pregunta.
— ¿Qué fue lo que paso?— Con un tono de voz algo cansado, claro no era la primera vez que me encontraba en esa situación.
— Algo sin importancia abuela — respondo mientras evito a toda costa mirarla a la cara.
— Ja, ¡¿sin importancia?! Si esto no tuviera importancia, no tendrías sangre en la ropa, no olerías así y no actuarias de esta forma.—
Todo parece indicar que mi abuela tampoco está de humor el día de hoy.
— Yo no me...— intento decir pero ella me interrumpe inmediatamente.
— ¿Piensas mentirme? Sabes a la perfección que puedo sentir cuándo te ausentas de este plano por más de 1 segundo, ¿Qué ocurrió?— .
— Nada— respondo tratando de mentir.
— Eli — dice con reproche, tomándome del brazo, mientras me guía hacia a la sala para poder sentarnos y que le explique todo lo ocurrido.
No quiero recordar lo que sucedió, pero conozco sus métodos y sé muy bien que me hará hablar, al final suspiro resignada y comienzo a explicarle todo lo ocurrido: el hospital, la muerte de aquel hombre, mi compañera de colegio, todo.
Ella permanece callada y me mira fijamente, no importa lo que trate de hacer al final le contare todo. Cuando termino mi relato, mi abuela quien a estado mirándome durante todo este tiempo frunce el ceño y sé claramente que estoy en problemas.
— ¿Y a eso le llamas nada?— dice al fin.
— Bueno, es mi trabajo ¿no? — trato de defenderme, pero en cuento menciono estas palabras sé que la he molestado más.
— Exacto, tomar almas, no salvarlas, además por lo que me cuentas era un alma al azar la cual te costara más caro ¿Cuántos años fueron esta vez?— me pregunta mi abuela con un tono severo en su voz.
— No lo sé— digo encogiéndome de hombros y levantándome del sofá.
— Unos diez, veinte, ¿qué más da?— respondo tratando de restarle importancia al asunto.
— ¿Qué más da?— Me mira riendo sin gracia - díselo a tu madre – diciendo esto mueve la mano en dirección a una vieja foto que descansaba en la repisa de la mesa de té.
¿Qué le pasa a todo el mundo el día de hoy? ¿Todos quieren hacerme enojar? ¿Por qué la meten en todo esto?, aparto la mirada de aquella vieja foto mientras trato de no gritarle a mi abuela.
— No la meta en esto por favor— respondo tratando de mantener un tono de voz calmado.
- Ah, pero claro que la voy a meter en esto. Ella dio su vida por ti y tu ¿cómo le pagas?, despilfarrando esa vida - dice levantándose del sillón
Y ahí vamos de nuevo, no tengo que explicar nada, ella lo sabe.
Mejor que nadie, incluso mejor que yo.
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La condena anticipada - Angeles de la muerte (CA libro 1) ¡¡TERMINADA!!
ParanormalElla no pidió mas tiempo sin embargo se lo concedieron. ¿El precio? convertirse en un ángel de la muerte. Elizabeth deberá recolectar el alma de los muertos y tomarlas para sobrevivir pero... ¿que pasa cuando un ángel de la muerte se revela? ¿que...