De camino a casa

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Después de eso las cosas pasan demasiado rápido. 

Mi abuela y Evan desaparecen para arreglar los detalles para nuestro regreso al mundo humano casi después de nuestra pequeña charla, si es que eso puede llamarse charla.

Mientras tanto yo, tuve que soportar  los conjuros y hechizo de sanación por parte de un grupo de hechiceros muy ancianos. Siendo francos los hechizos no ayudaron demasiado. el dolor en mi brazo no desaparecía y el color y la temperatura tampoco mejoraba. 

Al final, después de dos días mas mi abuela, Balthazar y yo regresamos al mundo humano. Sin haber sanado, sin ninguna respuesta y con muchas mas preguntas rondando mi cabeza. 

Pasaron varios días y todo pareció seguir igual que antes. La abuela continuaba ausente la mayoría de los días, mi poder de Ángel de la muerte volvió y con él todo el trabajo de recolección de almas.

Regresamos a clases y para mi tranquilidad nadie resulto herido después de la explosión. A nadie pareció importarle demasiado ya que todo el mundo creía que la explosión fue debido a un experimento fallido en los laboratorios de química. Sin embargo Balthazar y yo sabíamos la verdad. Aquella explosión había sido causada por un Shinigami, no por un experimento fallido. 

Las clases siguieron como siempre, algunas veces las cosas eran fáciles, algunas veces mi  brazo empezaba a moverse bruscamente, sus compañeros de clase reían al verme hacer aquellos movimientos, pero después volvían a sus actividades. yo por otra parte debía irme y recolectar las almas de las personas condenadas

Por supuesto los profesores no sabían a donde iba y por consiguiente siempre era reprendida por ausentarme de las clases y castigada en todas las ocasiones con trabajo extra. En todo este tiempo Balthazar no me había visto reprochar o algo parecido. Yo simplemente bajaba la y ofrecía disculpas aun sabiendo que no era mi culpa. 

Un día Balthazar me pregunto por qué no les podía un alto a los reclamos y constantes regaños de mis profesores. Yo lo mire un instante y simplemente respondí con amargura 

- De nada serviría, si dijera la verdad dirían que estoy loca. Ademas la abuela no tiene tiempo de venir a la escuela por mi mala conducta 

Realmente no sabia si la abuela tenia tiempo o no, desde que había vuelto ella se la pasaba yendo y viniendo del mundo humano a intermundo una y otra vez.  Yo continuaba preguntándole que sucedía pero por mas cansada que estuviera no me daba ninguna pista y lo único que me quedaba por hacer era  el chantaje. 

Sabia que no estaba bien, pero tampoco estaba bien dejarme en la completa ignorancia, despues de todo a la que intentaron matar fue a mí. Así pues corte toda comunicación con Evan y con Scarlet. Por mas llamadas que recibía no las contestaba. Con la abuela, bueno ella vivía con migo así que era difícil evitarla pero con ella podía emplear otro tipo de trucos.    

-¿no vas a comer? - pregunto un dia la abuela mientras servia la cena 

-  No gracias estoy bien 

-  Elizabeth  se que odias el alimento en tu forma Shinigami pero esto es ridículo - me reprendió aquella noche - si no vas a comer por lo menos recolecta mas almas 

- No quiero hacerlo 

Hasta ese día  había recolectado solo almas de gente moribunda, enferma desde hacía años. Generalmente me negaba a recolectar almas al azar que eran las que contenían mayor numero de energía vital. No me gustaba arrebatar esas vidas y no las arrebataría si podía evitarlo. Cada vez que podía las salvaba. Les otorgaba tiempo (mi tiempo) con tal de que ellos pudieran vivir una vida que yo no podía disfrutar, aunque eso me costara una gran cantidad de años y energía.

La condena anticipada - Angeles de la muerte (CA libro 1) ¡¡TERMINADA!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora