Retroceso

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Había trascurrido casi un semana desde que la había visto. O eso era lo que yo creía .

Santo dios ¿Dónde estaban? nadie sabia nada, nadia recotrdaba nada, solo yo.

Había gastado casi todo el dinero. cuando se terminara ¿Qué haría entonces?. me siento en la acera de la calle principal  de aquella ciudad mientras  pensaba en un plan para encontrar a esas mujeres más rápido.

Repentinamente una sombra me cubrió del sol. Su corazón se acelero al escuchar una voz familiar.

- has tardado una eternidad en encontrarnos querido – ahí estaba la abuela sonriéndole abiertamente

- Abuela – no me  puedo contener y la abrazo tan fuerte que hago que los pies de la anciana se eleven del suelo – ¡¡oh gracias!! ¡¡cuanto me alegro de verte!!

- Ehh, chiquillo insolente ¡¡bájame!!, ¡¡no ves como nos miran!! – dice la anciana enojada 

- ¡¿Dónde está?!, dime abuela ¿donde está Eli? – busco a las espaldas de la mujer pero ella no esta ahí

- Tranquilo. Antes tenemos que hablar, después ya veremos

- ¿Sobre qué?

- Primero quiero pedirte perdón por haber hecho que te alejaras de Elizabeth, no estuvo bien

- Ah eso, no importa ahora podre verla, estar con ella, decirle todo – solo de imaginar aquello una sonrisa se dibuja en mi rostro

- Bueno eso tal vez sea algo un poco complicado – comenta de pronto la anciana un poco apesadumbrada 

- ¿Que sucede?

- Nada, bueno... eso creo

Caminamos rumbo a casa de la abuela.

Ahora estan en las afueras del pueblo,incluso sin ayuda seguramente estaba cerca de encontrrlas

  La casa era pequeña, nada ostentosa pese a haber en la cochera dos automóviles de lujo, el patio ahora estaba lleno de flores y pasto bien cuidado.

- ¿Porque se fueron? – quise saber

- Porque no podíamos dejar que la gente sospechara. Por eso

- ¿Sospechar? Ouch – algo choca con mi pie.

Cuando me inclino para ver lo que es  me encuentro un carrito de juguete lleno de piedras

- ¿Qué es esto?

- Tranquilo ahora lo sabrás

- No sabes cuanto las he buscado.  Aunque al parecer iba por buen camino

- No te tomes todo el crédito, pues te han ayudado

- ¿Cómo dices?

- Ahhh, claro no lo has visto

Al entrar a la sala descubro que esta hecha un completo desastre, en uno de los sillones también había algunas cosas tiradas: una muñeca de trapo y más rocas, por doquier.

- Ven hare que te vea para que se dé cuenta de que no todo lo hizo el solo

La abuela mueve la mano y de pronto algo se hace visible  frente a mis ojos

En cuanto lo vi lo reconoci enseguida

- Julian, ¿tú fuiste quien me guiaba?

- Asi es... mira que era difícil ser solo una voz en tu cabeza, por suerte me escuchabas, aunque fue difícil que recordaras todo en un principio

- gracias

- No fue nada – el dios Shinigami se encoge de hombros para restarle importancia al asunto

- Aunque claro no te perdono que la besaras

- ¿Lo viste?

- Asi es ¿acaso crees que cuando me fui no me preocupe por ella?, a veces venia a verla por las noches, o cuando tu estabas cerca para que no sintiera mi presencia. El día del ese ataque yo estaba antes que ella en ese bosque, ella nunca lo supo pero creo que de cierto modo nuestras esencias se buscaron.

- Valla eso es sorprendente – comento la abuela – ahora que lo dices ella no sabia por que aprecio en ese lugar, Ahora entiendo un poco mas

- Bueno, ahora que ha terminado mi trabajo aquí yo me marcho, Mi señora ¿podria venir de vez en cuando a ver a Eli?

- Claro que sí pero...

- Lo sé... - suspiro

- ¿Qué sucede? – pregunto ansioso 

- En un momento te lo diré

- Yo me voy, mi señora – Jilian se acerca y beso la mano de Amelia – fue un placer estar con usted este tiempo, vendré cada vez que mi señor Vladimir tenga planeado visitarla, con su permiso

Y dicho esto el hombre desapareció

- Ahora si ¿me diras donde esta Eli abuela?

- Siéntate Balthazar

hago lo qeu me dice pero cada vez me siento mas y mas ansioso, de pronto veo los juguetes y las piedras 

- ¿Qué es esto?

- Ahora tienes que escucharme primero, esto es sobre Eli

- ¿Qué le pasa? – me preocupo de inmediato

- Casi nada está todo perfecto, es solo que...

- Abuelita mira...

En el umbral de la puerta se encontraba una pequeña de no mas de 3 años, tenia una amplia sonrisa.

Flotando sobre sus manos se encontraban 3 rocas, ella lanza una risa con fuerza y hace bailotear las piedras.

Me quedo paralizado, reconocería en cualquier lugar aquellos ojos esmeraldas, y la esencia que emanaba de la pequeña, fresas, canela y un poco de jazmines.

Cuando nuestros ojos se encontraron la pequeña parecio asustarse y deja caer las piedras mientras ase acerco a Amelia.

- Tranquila, no pasa nada, ven quiero presentarte a un amigo

Despacio la niña descubrio su rostro para mirarme una vez mas

- Elizabeth, te presento a Balthazar. Balthazar esta es Eli

La condena anticipada - Angeles de la muerte (CA libro 1) ¡¡TERMINADA!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora