Sueños perdidos e ilusiones reencontradas

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Balthazar

Al principio cuando ella se acerco, creí que había sido mi culpa, pero después cuando ella me pidió con vergüenza que me acercara no pude hacer otra cosa que sonreír

Me acerque lentamente a ella y la estreche en mis brazos.

Lo primero que note fue la frialdad que recorría todo su cuerpo.  ¿Cómo era posible tener esa temperatura y seguir viva?. Era como si su cuerpo hubiera estado fuera en un nevada.

La atraje mas hacia mi. Por un momento creí que iba a protestar pero tímidamente poso su cabeza junto a mi pecho. Y ahí en el silencio y la oscuridad de aquel ocaso mi mente comenzó a imaginar cosas.

¿como seria estar realmente vivo una vez mas? ¿como seria tener vida y poder abrazar todos los días a una mujer? ¿como seria dormir abrazados todas las noches? ¿como seria despertar todos los días con Elizabeth a mi lado? ¿como seria vivir al lado de ella?.

  Sin poder contarme mas la mire. El sueño la había vencido una vez mas y lo agradecí enormemente.

Con ella dormida podía mirarla sin remordimientos.  

Mire su suave cabello y el pequeño rizo que nunca se mantenía en su lugar, mire sus ojos e imagine el peculiar color violeta y verde que se fusionaba en sus pupilas. Mire sus mejillas y el pequeño lunar que tenia en su cien. Mire sus  mejillas y sin poder contenerme acaricie su piel. Tan hermosa, tan suave, tan fría y finalmente mire sus labios de un pálido rosado,carnosos, suaves...

Aparte la mirada.

Mi muerte y mi castigo habían alejado todos aquellos pensamientos de mi mente, pero ahora a su lado era imposible olvidar que yo era un hombre y ella una mujer. Teniéndola ahí entre mis brazos, no podía dejar de pensar en todas las posibilidades que mi muerte se había llevado. Si yo estuviera vivo, si yo fuera un hombre y nada mas...

De pronto mi corazón comenzó a golpear fuertemente contra mi pecho. Me quede quieto, preocupado de que el ruido de mi impertinente corazón la hubiera despertado

- Perdóname – Fue lo único que puedo decir  – es solo que...

Con vergüenza me gire para mirar tu rostro. Aun dormías

Estabas profundamente dormida, Tu aliento acariciaba suavemente mi pecho.

Sin quererlo, sin siquiera pensarlo suspire. Podría quedarme por siempre ahí. Un segundo, un instante, una hora, un dia,  ¿que importaba? Un día, dos, toda la eternidad, mi condenada entera, el tiempo que tu quisieras.

- El tiempo que tu me permitas - dije en un susurro y sin saber de donde venían esas palabras 

Continué mirándote y cuando el deseo de acariciar tu rostro me había vencido por completo te escuche susurrar.

- Pronto... se terminara...

Me quede estático, ¿me habías escuchado? ¿Estabas despierta? ¿jugabas con migo? o simplemente eran palabras en sueños

- ¿Elizabeth?- te llame en un susurro pero no respondiste

Te escuche repetir esas palabras una vez y otra mas, se moviste inquieta entre mis brazos y yo te tranquilice. Te estreche fuertemente, acaricie tu rostro y vele tu sueños.  Yo solo era un condenado, un ser maldito que mantenías a tu lado por un capricho pero en ese momento podía ser quien velara tus sueños

- Espérame - susurraste de pronto

Esta vez estaba seguro de que era tú hablando dormida, sonreí, acaricie tu rostro y susurre.

La condena anticipada - Angeles de la muerte (CA libro 1) ¡¡TERMINADA!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora