Balthazar
- ven aqui te contare algunas cosas
caminamos y lentamente todo se vuelve oscuridad, por un instante creo estar solo hasta que Vladimir se acerca a mi
- ¿que es este lugar? - decido preguntar
- Esto es la nada – movió la mano para enfatizar sus palabras – los nuestros le temen por no saber lo que hay en ella – se rio – tontos, no comprenden que en un principio todos estábamos llenos de nada, cuando el tiempo se creo, la nada dejo de existir. No sabemos porque o quien fue el que hizo cambiar a la nada y con ello marco el inicio. – suspiro – así pues se creó el tiempo y con el fluir de este tiempo se crearon múltiples sentimientos, todos procedentes de un común denominador, todos iguales y todos distintos, enfrascados en eso que se llama alma, el alma mi querido joven es la esencia de la nada.
- Ya veo... - era algo confuso pero trataba a toda costa entender – eso... creo
- Tranquilo... - Vladimir me toca el hombro – acostumbrase a esto toma tiempo
- Señor – le miro al rostro – ¿usted es abuelo de ELizabeth?
- asi es - dijo sonriendo
- pero ¿como ...
- yo soy uno de los cuatro señores de la muerte
- si Elizabeth me conto eso
- Pues bien: nosotros los señores de la muerte somos aquellos que cometidos de los peores pecados en los primeros dias del mundo: matar, corromper a la gente, hacerlas sufrir hasta corromper sus débiles almas. Así pues al morir o al ser asesinados nos convertimos en aquellos que reclutaban mas gente en estas largas filas de pecadores, por ello es que se nos conoce como los primeros.
Me mira y parece recordar cosas que yo nunca he visto
- Por mucho tiempo acate lo que se me había impuesto. Tome almas, reclute gente que merecía el mismo destino que yo. – Suspiro – hasta que un día, todo cambio.
de pronto frernte a nosotros se forma una pequeña imagen que nuestra otro tiempo y otro lugar.
- Existió una época en la que la nada aun no provocaba tanto miedo, por ello los humanos eran capaces de mirarnos, con el pasar de los días eso desapareció casi en todos – mientras lo dice la imagen frente a nosotros muestra a demonios, angeles, shinigamis y humanos compartiendo el mismo espacio – existían familias que aun poseían ese don, a veces las visitábamos y nos acercábamos a ellos para mirar. Nosotros los cuatro grandes anteriormente gustábamos de bajar a la tierra y mirar a esas pequeñas existencias que cometían errores y se condenaban a si mismos. Ahí la conocí – los ojos de Vladimir se llenaron de ilusiones – Amelia era una sacerdotisa muy dotada. Fuerte, inteligente, la mas bella
La forma en que hablaba de ella dejaba en claro lo que sentia por ella.
- Ella me hechizaba a veces para pasar desapercibidos de aquellos que trataban de destruirnos, a veces lograba que mi corazón latiera por un tiempo para estar mas allá abajo. Y cuando yo vivía, solo vivía por una cosa. Por ella.
la forma en que lo decia, envolviendo cada palabra en una caricia era hermoso.
- Un día los pueblerinos acusaron a su familia de acabar con la cosecha de su pueblo, querían matarlas y lo lograrían - de pronto miro sus mano - yo tomaría la vida de Amelia, eso me saco de quicio, no lo permitiría y entonces... Tome una decisión.
de pronto parecia decidido
- Cederle mi existencia si con eso ella vivía, los otros señores de la muerte no lo aprobaron. Fue por ellos que yo escape con ella y fuera de la vista de todos le entregue mi existencia. Pensé que desapareciera, que formaría parte de la nada, afligido solo por no mirarla de nuevo y entonces... ella me volvió a hechizar, me ato a su vida. A la vida que yo le había dado evitando así que yo desapareciera.
"En ese momento los otros señores de la muerte nos encontraron. Me trajeron de vuelta a este mundo e hicieron que yo volviera. Para tratar de alejarnos, para que yo la olvidara y después de que ella muriera permitirme de nuevo bajar a la tierra. Pero, ellos nunca supieron que Amelia viviría tanto tiempo como yo o hasta que ella deseara terminar con su vida"
de nuevo volvio a posar su mirada en mi
- Nuestras vidas quedaron atadas desde ese momento y a partir de entonces yo también envejecía, claro lentamente pero el tiempo ahora hacia estragos en mi, no me importo en ese entonces ni ahora, solo me preocupada alejarme de ella y de la criatura que en ese momento crecía en su vientre
Cuando escucho eso abro los ojos sorprendido
- si, había quedado embarazada en esos días en que permanecimos juntos
- ¿Como fue eso posible? - pregunte
- Cuando permanecimos juntos ella me concedía viva, en todos los aspectos y así fue posible, de pronto sonrio - y asi nacio nuestra hija Saphira
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La condena anticipada - Angeles de la muerte (CA libro 1) ¡¡TERMINADA!!
ParanormalElla no pidió mas tiempo sin embargo se lo concedieron. ¿El precio? convertirse en un ángel de la muerte. Elizabeth deberá recolectar el alma de los muertos y tomarlas para sobrevivir pero... ¿que pasa cuando un ángel de la muerte se revela? ¿que...