La ignorancia el mejor escudo

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Salimos de la habitación, y como lo esperaba dos guardias están resguardando mi habitación. Yo simplemente los miro y continúo caminado, y como era de esperar comienzan a seguir nuestros pasos, yo me detengo y me vuelvo para hacerles frente

- No necesito que nadie me escolte – Digo sin mirar atrás

- Pero... no han ordenado - comienza a decir uno de ellos

- No los necesito – digo volviéndome para mirarlos

- Pero Mi... Milady

- Si alguien reclama por eso yo les diré que se los ordene. Ahora retírense o quédense ahí - Señalo mi habitación - pero no me sigan

- Si señorita

Caminamos por los pasillos, que recuerdo vagamente. Al final y después de dar dos o tres vueltas erradas, llegamos a una puerta de roble que reconocería de inmediato en cualquier lugar.

Trato de relajarme mientras trato de expulsar mi poder mágico.

Respiro profundo y trato de no contenerme.

Muy probablemente funciona porque entonces comienzo a sentir que me mareo.

Al parecer mi poder de dios de la muerte ya se encuentra limitado. Tomo un segundo respiro y dejo que el poder se extienda. Me vuelvo a Balthazar.

- Quédate – le pido antes de hacer lo siguiente

Me quedo frente a la puerta, levanto las manos y con mi poder hago que las puertas se abran de par en par. Todas las personas dentro de la sala vuelven la mirada para verme. No me sorprende ver a un grupo de ancianos en torno a una mesa, a la cabeza se encuentra mi abuela sentada en una silla finamente tallada.

Todo el mundo tarda solamente un instante para reconocerme y cuando lo hacen veo que todo se levantan y me ofrecen una pequeña reverencia. Como respuesta a su saludo yo solamente inclino ligeramente mi cabeza, de la misma forma en la que mi abuela me enseño.

- Milady es un gusto verla mejorada – dice uno de los ancianos – es bueno saber que podrá acompañarnos

- Me hubiera gustado que esperaran por mi para comenzar la reunión, pero en fin – digo cuando finalmente llego junto a mi abuela

- Ven querida – dice mi abuela, mientras me ofrece su lugar – siéntate aquí

- Gracias – camino lentamente mientras veo que todo el mundo ha posado la vista en Balthazar

- Balthazar es mi guardia y se quedara con migo - digo para dejar claro que el no se ira

- Al parecer no ha hecho bien su trabajo – Dice de pronto una voz que reconozco enseguida como Alastor

- No me importa lo que piensen él se quedara aquí – digo mirando fijamente a Alastor

- Si Milady - dicen al unisono los ancianos

Me coloco en el lugar que esta designado para mi.

Todo el mundo toma asiento una vez mas y cuando todos tiene puesta su mirada en mi pregunto.

- ¿Qué fue lo que sucedió?

Todo el mundo se mira uno a otro en silencio

- ¿Y bien?

- Sabemos que sucedió – dice uno de los ancianos – pero ...

- No planean decirme nada

- No es seguro majestad

La condena anticipada - Angeles de la muerte (CA libro 1) ¡¡TERMINADA!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora