CAPÍTULO | 4º | EDITADO

1.1K 101 10
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

     Sus manos se estiraron hasta chocar con la mía. Poco a poco mi cuerpo se fue acostumbrando al calor de su cuerpo, la sangre corría por mis venas, así como el aire competía por el reino en mí ser. Su mirada era fija y muy tenaz, se podía divisar la simpleza de su majestuosidad, pero fuera de todo lo que podía percibir, algo estaba más allá de mi entendimiento, una fuerza mucho más poderosa. Un sentimiento muy fuerte, tal vez indescriptible, que colmaba todo su ser y así como el sentimiento se extendía a velocidades increíbles, sus propios recuerdos eran inundados por un dolor inimaginable, un temor y agonía que nadie se merecía padecer, ni siquiera él.

     Mis ojos se centraron una vez más en su leve caminar, en su suave respirar, en su tenue pensar. Poco a poco podía sentir como una luz nos iba iluminando el camino, haciéndolo mucho más seguro. Diversas pinturas fueron las que se dibujaron en las paredes del propio templo. Nuestros pasos eran los ecos en su inmensa soledad, y nuestras almas el fuego que se atrevía a extinguir la oscuridad sin temor a la verdad. Sin soltarme nuestros corazones caminaron el uno al otro, observando como el panorama se iba desvaneciendo, transformándose, mostrándonos lo que verdaderamente queremos.

     —Hemos llegado —Habló desvaneciendo el silencio entre nosotros. El viaje había sido tan corto, pero tan inspirador. Había robado mis palabras no tenía más nada que decir. Estaba sintiendo la paz que corría en sus venas y a la vez la guerra que la tristeza implantó en su ser. Me sentía muy privilegiada de poder sentirlo. De poder comprenderlo, de poder saber que hay más como yo—. ¿Tienes algo que decir?

POR DECRETO LUNAR | 1º © #WATTYS2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora