CAPÍTULO | 14º | EDITADO

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     Nuestras pisadas no eran más que simples intentos fugaces por liberarse de una tormenta de arena, de una tormenta de sentimientos y pensamientos crueles, buscábamos la verdad de entre tanta falsedad, queríamos encontrar el verdadero ideal que traería hacia nosotros una gloria y ganancia más. Nuestras fuerzas se extendían por los nervios, llevándose e infundiéndose a través de todos nuestro cuerpo, inspirando el aire que pronto nos daría la salida.

     Hasta que. Toda la luz que mis ojos intentaban alcanzar percibir, huyó y se alejó de mí, a causa de una barrera. Mi respiración volvió a acelerar, las ganas por querer salir estaban acumulándose, amenazaban con liderar mi cuerpo, con arrebatarme la tranquilidad y reclamar el poco control que todavía me quedaba. Necesitaba hacer algo, no podía perecer tan fácil, había sufrido lo suficiente como para ver a los que más quiero morir antes de la salvación. Quería luz, quería convertirme en la luz. Quería liberarlos y lo haría.

     Mis puños arremetían contra el concreto, resonando el clamor de mis huesos, resonando mi alma a través de la oscuridad entera. No lo iba a lograr o tal vez si lo haría, ya no tenía nada seguro, estaba sola o eso pensaba.

     —Selene... Descuida, hiciste todo lo que pudiste. Ahora solo debemos dejar que el tiempo corra y el destino elija por nosotros —la voz de Iseo sonaba apagada, cohibida y reservada. Intentando no hacer el mayor daño posible.

POR DECRETO LUNAR | 1º © #WATTYS2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora