C A P Í T U L O 17º

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     La luz de la luna volvía a cubrir mis ojos, recordándome una vez más el desdichado lugar en donde nos encontrábamos, poco a poco mi mano se estiraba para intentar llamar la atención de Iseo. Poco a poco mientras que todos dormían, volvimos a liberarnos, esta vez las cuerdas estaban más flojas de lo que estuvieron en un momento. Nuestras miradas chocaron entre la valentía y el miedo, haciendo claramente que nuestras emociones llegasen a un punto indescriptible.

     Nuestras pisadas eran rápidas y sin ruido, intentando ocultar aquellas ganas de salir de este sucio barco pirata. Al ver el inmenso panorama que nos rodeaba, pude presenciar el hermoso lienzo que era alumbrado por aquel centellar especial. Un increíble paisaje se mostraba ante nuestros ojos, admirando nuestros sentidos y desatando una ansiedad muy extraña ¿Acaso el mar podría causar esta reacción? ¿Acaso este era el verdadero sentir de un pirata hacia el basto mar?

       —Esto es realmente bello. No puedo comparar nada de lo que haya visto hasta ahora, con este paisaje tan impresionante. Ahora puedo entender que es lo que sienten las almas de los piratas al navegar y galopar entre las olas —Decía Iseo mientras que su mirada era conmovida por el movimiento hipnotizante del océano.

       —No cabe duda que esto es estar en un cielo fuera de las nubes. Aun así me pregunto cuanto podremos aguantar más en esta situación. Lamento interrumpir tu reflexión Iseo, pero debemos irnos antes de que el alba reclame el firmamento —Aconsejaba siguiendo entre la oscuridad más anhelada por los sueños y alucinaciones.

     Un leve sonido se escuchó desde la cabina del capitán. Aquellos nervios que juramos ocultar se liberaron sin más intentando hacer que por nuestra sangre corran las verdaderas ganas de seguir con vida. Tras algún barril cerca de la popa, nuestras sombras se ocultaban, intentando camuflarse en la finita oscuridad y el centellar de las estrellas. Las olas daban por hecho que algo no habría de salir como pensaba. La puerta se abrió, rodando por ella un botella de licor, dejando entrever al capitán y algunos piratas en pésimas condiciones o eso era lo que aparentaban.

     Sin querer observé detenidamente aquellos ojos que formulaban la intensa pregunta en mi cabeza ¿Por qué quedarse a vivir en un aparente interminable mar? Sus mismas ganas de liberarse ante el océano intentaron responderme, dejando que sintiese lo que verdaderamente en navegar, yendo más allá de las tormentas feroces, destruyendo todo esos temores del hombre, descubriendo y dejando una leyenda más en los libros, pero no tan simple como sonaba, una nueva y más especial. El día en que por fin unos hombres con reputación que poco aceptaban, lograrían encajar entre todos aquellos verdaderos héroes que mostraron valentía entre la muchedumbre. Los mismos que se dejaron lideran por sus ansias y sus ideales, buscando la verdad entre aquellas noches de penumbra y entre aquellos días de soledad. Intentando no desvanecer ante las dificultades, pues un verdadero ejemplo, no caerá tan fácil ante una prueba tan fácil.

     Poco a poco aquel hombre volvería a entretenerse, cerrando de una vez la puerta, dejando atrás todas aquellas preocupaciones ante la luna y la noche ¿Acaso ese era el verdadero significado de entregarse a la verdad? ¿Qué estaría sucediendo en realidad con Apolo?

       —¿Selene? ¿Te encuentras bien? Al parecer te has perdido en la inmensidad de tus pensamientos. Ya se ha ido, tenemos la oportunidad de irnos —Hablaba Iseo intentando hacerme reaccionar, volver a realidad no sonaba tan fácil, cuando en realidad querías seguir entre tu perdición.

       —No vamos a poder lograrlo ¿Acaso no lo has visto? Estamos en medio de la nada, rodeados por olas que ni siquiera nos perdonarían la vida, estaríamos vagando entre nuestros pensamientos, buscando la tonta idea de que podremos salvarnos —Interrumpía mientras aquel mismo sentimiento se estaba apoderando de mis fuerzas. Entonces aquel simple pensamiento, podía convertirse en la verdad y los ideales que buscaban no solo unas cuantas personas, si no todo el mundo, el mismo que admirará una vez más, la leyenda que un día ansiaran en poder escuchar—. Aun así tenemos una segunda oportunidad para poder salir de aquí. Cuando te de la señal, quiero que aprietes mi muñeca, intenta usar toda la fuerza que posees.

       —¿De qué servirá eso? —Preguntaba Iseo mirando el extraño tatuaje con el que casualmente había sido marcada.

     Caminamos sin temor ante la verdad. Buscando exhaustivamente lo que realmente nos esperaba. Las escaleras poco a poco se rendían ante nuestros pies, mostrando reverencia como por fin lo habían requerido. La tenue luz detrás de la puerta, despertó la curiosidad de aquellos piratas. Nuestras sombras colmarían más de un temor en sus almas. Este sería un buen momento para liberar a la maldad que mantuve escondida, yo misma tendría de vuelta la potestad para liberar y dejarla en libertad.

       —Atentos piratas. Por largo tiempo hemos querido tener entre nuestras manos en gran tesoro de Pluto, nuestras búsquedas han sido incesantes, pero la larga espera amigos míos ha cesado por fin. Ayer nuestro barco chocó con unos estúpidos terrenales, uno de ellos llevaba un antiguo manuscrito, un mapa, un verdadero mapa de aquel tesoro perdido entre la inmensidad del mar —Sonreía mientras que sus compañeros parecían atónitos ante aquel pedazo de papel falso o eso me hacía creer Iseo.

     La puerta se abrió una vez más, pero en esta ocasión mi valentía lideraría aquella tan osada acción. Las miradas se centraron en mí, buscando la razón del por qué me habría liberado.

       —A cambio de llevarnos a Libia, les seremos de ayuda para poder hallar eso que tanto desean, con la garantía de que aquella riqueza no se nos será heredada y compartida —Hablaba mientras unas miradas desconfiadas esperaban a que su líder hablara.

       —¿Acaso vamos a confiar en una simple mujer y un tonto esclavo? Estas equivocada muchacha —Decía el capitán mientras colocaba ansiosamente entre sus manos el viejo mapa.

     Una mirada de atención fue mandada hacía Iseo, quien reconociéndola, toco mi muñeca en medio de aquellas líneas tan extrañas. 

 

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POR DECRETO LUNAR | 1º © #WATTYS2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora