CAPÍTULO |12º| EDITADO

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         —Por cientos de años mi reputación ha caído por los suelos, siendo incluso más detestable que aquellos insolentes que lastimaron mi santuario

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         —Por cientos de años mi reputación ha caído por los suelos, siendo incluso más detestable que aquellos insolentes que lastimaron mi santuario. Todo a causa de las insolencias de mi marido, de sus amoríos y engaños. Sus acciones han llevado a desmerecerme como diosa del matrimonio, mi propio cargo ha sido mucho más difícil de conllevar a causa de Zeus. Pero ya no podrá ensuciar mi nombre no lo volverá a hacer —Hablaba con voz arisca una mujer de grandes honores, mientras que detrás de ella, una joven seguía sus pasos con incesante fervor y calma.

     Sus ojos se iluminaban con la misma luz que los de aquellas Diosa. Compartiendo así el mismo respirar una de la otra. Poco a poco sus pasos descenderían su velocidad, convirtiéndose en pequeños avances para la curiosidad y los pensamientos que por sus mentes rondaban. Cada una llevando una oportunidad y una sentencia más.

       —Lamento no ceder ante sus palabras señora mía. Pero mi diosa Hera, no creo que sea debido realizar esos pensamientos, podría causarle más problemas de los que ya posee entre los 12 divinos. Además los niños no tienen la culpa de la mala decisión de su padre, solo son el fruto de un amor que sintió su progenitor, ellos no poseen pecado alguno —Aclaraba la joven mientras seguía el recorrido de Hera, la cual llevaba entre sus manos un incesante arcoíris, el mismo que brillaba al segundo en que sus voces se escuchaban entre los pasadizos—. Por favor apiádese de ellos, por favor se lo ruego, diosa mía. Déjelos nacer y de seguro que enaltecerán al olimpo, mucho más de lo que ya está escrito en todas las leyendas. No dude que su benevolencia hacia ellos también quedará impregnada entre los papiros del tiempo y espacio.

POR DECRETO LUNAR | 1º © #WATTYS2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora