—Tengo que admitirlo, nunca había conocido a una persona capaz de poder pasar el tercer chakra. Siempre caían rendidas ante la vergüenza que invadía su corazón y alma, lamentablemente he de decir que ya no estamos en un terreno fácil. Ahora deberás demostrar que verdaderamente quieres liberarte —su voz cesó y el silencio adornó los espacios ante el inminente cambio. El suelo se cubrió de flores marchitas y un aroma a perdición se extendía, dando paso a la siguiente prueba.
—Estoy lista —suspiré elevando la mirada hacia el alba en el cielo.
No era capaz de desistir, sentía tantas cosas recorriendo mi conciencia. Que estaba segura que podría lograrlo. Este era mi destino y lo perseguiría hasta el final.
—Este es el cuarto chakra. Es regido por el amor y así él también nos entrega el amor. Nosotros somos los protectores de aquel cariño que se nos es entregado —pausó una vez más, haciendo que mis ojos se abriesen al compás de sus acciones—. Al parecer estas muy herida, Selene.
Quise hablar pero las palabras no volvieron a salir más. Tan solo mi mirada era la que observaba todo a mi alrededor. Lo sabía, lo entendía. El campo de flores que nos cubrían significaban a mi corazón y el cuidado del amor que se me fue dado.
—Lo sé... —había podido liberarme.
—Las flores que ahora puedes ver, yacen marchitas sin remedio alguno. Así también has sido herida por la Pena. Este sentimiento es aquel que obstruye la energía a través de tu alma y cuerpo. El mismo que ha matado a la vida que le pertenecía a este campo —decía Calipso admirando una última vez el escenario que nos rodeaba, para después volver a cerrar sus ojos. Parecía como si no quisiera observarlo, pero la entendía, yo tampoco quería hacerlo—. Recuerda Selene, recuerda aquello que infundió el veneno marchito de la pena. Y déjalo libre de ti.
—L-Lo intentaré —tartamudeé recobrando la concentración. Estaba segura de mi misma, era momento de olvidar.
* * *
Estaba avanzando sin detenerme, sentada, triste, perdida e ida. Mi miraba se alzaba de entre las tenues sombras del atardecer, llegando a ver ante la inminente distancia, todo lo que mi alma estaba dejando atrás. Sin embargo yo no quería, yo no quería alejarme de eso. Yo no quería irme de su lado, quería quedarme, vivir con él. Papá.
—¡Selene! —escuché una voz a la distancia, causando que mis nervios se agudizaran, aquella melodía, la conocía muy bien. Era él. Y podía notar sus incansables sentimientos rodear las ruedas de la carosa en movimiento.
Mis pies se columpiaban de atrás hacia adelante, igual que una cuerda floja, así me sentía, no quería dejar que fuera invadida por ese pensamiento, pero aun así era inevitable. Sabiendo que el hombre que me dio la vida estaba corriendo tras un destino que ya no sería más suyo.
—¡Papá! —mis fuerzas se fueron con las palabras y cuando pensé que estaría cerca de alcanzarme. Resbalé.
—Selene ¡No! —escuché a mis padres desde diferentes lugares.
Las rodillas me dolían, el cuerpo estaba adolorido y mi visión se opacaba más y más.
—Debemos llevarte hacia esa carosa —sugirió cesando, él. Pude sentir sus rápidas pisadas a través de la tierra mojada y astillada por los restos de madera.
—Pero yo quiero quedarme contigo... —suspiré acariciándole la poca barba que tenía. Aquel gesto causaría una fugaz y bella sonrisa.
—Nunca me alejaré de ti cariñó mío —habló por última vez, para luego lanzarme a los brazos de mi madre, quien no dejaría que volviese a caer.
La imagen a lo lejos de mi padre se hacía cada vez más borrosa y las lágrimas que mis ojos decaían, eran suficientes para saber que el sufrimiento más grande estaba por venir.
—¡Papá! —exclamé desgarradoramente sintiendo mis cuerdas vocales colapsar.
—Calma ya niña hermosa, no te preocupes por él, él es fuerte —acariciaba inseguramente ella, sintiendo la mirada de desconfianza por parte de Gala.
* * *
—Aquel momento fue la pena más grande de mi vida. Y hasta ahora la fue, no he podido dejar de pensar en él y aunque mi madre evada mis preguntas, tengo la corazonada que mi destino volverá a chocarse con el suyo —inspiré regresando el aire a mis pulmones y liberando las lágrimas que faltaban ladear mis mejillas.
—La pérdida de un ser querido puede traer grandes consecuencias, más cuando el tiempo y el destino se juntan para no volverse a separarse jamás —soltó Calipso apretando sus manos con mayor fuerza. Quizás habría recordado la carismática compañía que causó Edén.
—La pena no es más que el resultado desafortunado de nuestra indiferencia. Debemos aprender a tomar sabias decisiones, pero sin perjudicar aquel que amas y aquellos que nunca te fallaron. Sé feliz dejando que otros también lo sean. Así podrás ver la luz que atrae tu alma hasta el cálido mañana —sonreía liberando por completo de la carga. Podía sentirme mucho más preparada, no volvería a caer y menos ahora, que la victoria se alza entre nosotras.
Un silencio rondó por nuestras voces ¿Acaso había cometido alguna falta? ¿Estaría faltando algo?
—Tu sabiduría ha ido resurgiendo de entre los escombros del olvido y los males. Se me es muy grato dirigirme a ti sin ningún problema. Eres un verdadero ejemplo de lucha y virtudes —contestó ella desapareciendo el sonar de la soledad.
—Si no hubiera sido por ti, no me imagino en donde hubiera estado. Ahora sé lo que realmente puedo llegar a hacer —sonreí nuevamente relajándome al ver que el recinto está a punto de cambiar.
—¿Estas lista para el próximo reto? —insinuó cerrando los ojos, acción que seguiría sin objetar.
—Lo he estado desde que mis pies caminaron por esta tierra —respondí dejando que mi espíritu se liberara otra vez. Estaría dispuesta a recorrer todas las pruebas en busca de la virtud y la valentía que tanto he extrañado. Volvería a ver el mundo de forma diferente y mis ideales se ordenarían sin igual.
—Henos aquí...
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POR DECRETO LUNAR | 1º © #WATTYS2018
Fantasy| Libro 1º - SAGA ASTROS OSCUROS | Miles de oraciones son elevadas al cielo, en busca de ser cumplidas, en busca de que por fin alguien más allá de las fuerzas humanas, pueda cumplir sus sueños. Pero aquellos mismos ruegos caen en busca de un mejor...