| Libro 1º - SAGA ASTROS OSCUROS |
Miles de oraciones son elevadas al cielo, en busca de ser cumplidas, en busca de que por fin alguien más allá de las fuerzas humanas, pueda cumplir sus sueños. Pero aquellos mismos ruegos caen en busca de un mejor...
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—¿Con quién hablabas? No necesito más entrometidos en mis planes, que te quede bien claro que mí voluntad no será ignorada. Por fin cumpliré mi venganza y aquellos hijos de la bastarda quedarán atrapados para dolor y agonía de su madre —Sonreía macabramente, Hera. Mientras que sus pasos eran más y más fuertes y decisivos para la vida de aquellos inocentes.
En su mirada se notaba todo aquellos sentimientos envenenados por la venganza y el inmenso rencor que su propio corazón guardaba, que su propia alma lamentaba y su mente añoraba deshacerse de ellos de una vez por todas. Quise volver a abrir los ojos, pero algo me lo impidió. La mano de Iris habría de hacer un extraño movimiento. Al hacerlo dejó ver una sonrisa de esperanza en su rostro, ciertamente una fugaz esperanza.
—Nos vemos, Selene —Habló mirándome una vez más, cuando Hera estaba distraída y centrada en su mala acción.
Una oscuridad se apoderaría de todo mi mundo, llenándome de una intriga incontrolable y cuando estaba a punto de salir de aquel instante de podredumbre. Me encontraba más confundida. Ida y cohibida. Sin posibilidades de intentar encajar en mis pensamientos, sin esfuerzo para poder si quiera respirar. La sola decisión que la confusión había hecho pronunciar mediante la boca de Hera, haría a cualquiera estremecerse. Nunca había visto a una diosa sedienta de sangre y dolor ¿Acaso para Hera no era suficiente aquella maldición? ¿Por qué habría de mandar a Pitón por sus corazones? No podía creer lo que mi mente estaba procesando, ni siquiera el Dios más despiadado del Olimpo, era capaz de hacer semejante maldad ante la luz de la verdad y la pureza.
