C A P Í T U L O 30º

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     Volví a ver a mis amigos, a mi capitán y a la tripulación con la que tanto me había identificado, en el corto tiempo que los había conocido se habían convertido en una de las mejores experiencias y aventuras que mi vida habría podido tener el privilegio de experimentar. Poco a poco la luz se estaba avecinando, despertando el alma de todos lo que anunciaban emprender un nuevo destino bajo sus pies.

     Mi espada se iluminaba con aquel brillo final de la noche, mientras que la luz del nuevo amanecer se infundía alrededor de todo lo que conocíamos, era una verdadera suerte poder entrenar con Calipso, un verdadero honor que nadie podría arrebatármelo. Y menos sabiendo que ella lucharía por lo que ama, así como yo lo haría por Gala.

       —¿Os gusta verdad? Es una de las espadas forjadas en el fuego del inframundo y bendecida por el alma de Zeus. Con solo un corte de ella, es capaz de desaparecer a su contrincante. Si superas el entrenamiento, has de poder conservar aquella arma que ahora levantas con entusiasmo y valentía —Anunció mostrando la seriedad con la que ella se caracterizada, era increíble saber que aunque su alma y corazón estaban a punto de romperse, no desistía de la idea de mostrar una actitud fría y estable. Una verdadera lección de madurez y sabiduría—. Déjala en su lugar, a donde vamos no podrás llevarla. 

       —¿Nos iremos? —Pregunté mientras dejaba el arma en su lugar, una sensación nueva se extendía por mi mente y cuerpo, estaba emocionada de tan solo saber que podré al fin sacar a la relucir el verdadero poder que poseía.

       —Sí y será mejor que nos vayamos pronto, cuando la luz del sol colme todas las miradas, no podremos irnos en paz —Respondió empezando a caminar más rápido.

     Estaba siendo guiada de entre los pasillos del castillo, recorriendo cada lugar más y más rápido, no podía comprender cuál sería la razón exacta del actuar de Calipso y antes de que mis palabras interrumpieran la escena, una puerta se abrió a manos de ella. Aquella entrada mostraría a uno de los más bellos animales que había podido ver. Sus alas se extendían siendo alagadas por los rayos de luz, su cola era la propia representación del destino y aquellos ojos hipnotizantes, podían comunicarte con cualquier otro universo. Un aliento de desconfianza fue liberado de entre su expresión desafiante.

       —Él es Oréas, el dragón de Orgigia. Mi mejor compañero y el más fiel que he conocido. Su presencia nos ayudará a trasladarnos al mismo lugar donde mi maestra me enseñó todo lo que sé. Tan solo debes demostrar que eres lo suficientemente digna como para subirte en él —Informó Calipso mientras que los ojos del animal se dirigían hacia mí.

       —Dime quién eres —Escuché una voz en mi mente.

       —Soy Selene —Contesté en mi mente, estaba comunicándose a través de mis pensamientos. Un ser verdaderamente impresionante.

       —No pregunté tu nombre, dime ¿Quién eres en realidad? —Volvió a preguntar.

       —Tal vez aún no lo sepa... —Respondía mirando una vez más sus ojos, siendo cautivada por la hermosura de ellos.

       —Entonces te ayudaré a descubrirlo —Terminó. Segundos después se agacharía para poder permitirme subir.

       —Creo que le agradas, deberías hablar más con él —Sonrió Calipso subiendo primero.

     El viaje fue largo, pero no desperdiciado, podía ver el cielo con una nueva perspectiva, podía saber que era realmente lo bello en el mundo y admirarlo sin tener miedo a dejar fluir mis sentimientos en el aire. A la vez podía sentir como mi alama se iba liberando de una manera única y sin igual, aquella voz que antes atormentaba mi mente y me colocaba inestable ante la vista de muchos, ahora no hacía ni siquiera un susurro, era como saber que lo que te hacía un peligro para los demás, había desaparecido para nunca más volver.

       —Estamos cerca de nuestro destino. Oréas por favor, desciende un poco, ya es tiempo de que la verdad salga tras las nubes que nos rodean —Suspiró Calipso mientras la nubes eran remplazadas por las gráciles olas que se encontraban bajo nosotros, la vegetación que anunciaba la llegada a una nueva isla, era muy diferente a la que años atrás había podido percibir, aquel paisaje que se mostraba ante nuestros ojos estaban siendo dotados por una hermosura y belleza incomparables.

       —¿Dónde estamos? —Pregunté cuando ya habíamos pisado tierra firme.

       —Este es un lugar especial donde enseñé a diferentes dioses sus técnicas más poderosas, no es un sitio el cual debas subestimar, en él se oculta más de una verdad, y algunas de ellas no han sido capaces de ser descubiertas, ni por la obra y voluntad de los mismísimos dioses Olímpicos —Respondió caminando de entre la vegetación, dirigiéndome una vez más de entre la confusión y la sorpresa.

     Está impaciente y a la vez intrigada, estas solas sensaciones hacían que mis nervios se intentaran apoderar de mí, dejando a la luz de mi mente, una pregunta.

       —Calipso... —Balbuceé intentando no tropezar—. ¿Por qué Iseo no nos has podido acompañar?

       —Iseo es un punto clave en tu vida y destino. Si lo traía con nosotras perderías la capacidad de abrir tu mente más allá de lo que quieres y perduras —Insinuó deteniéndose ante una de las más grandes cavernas que mis ojos habían podido presenciar—. Esta es la cueva de Férette, un lugar santo y divino, donde solo los de alma guerrera y corazón puro pueden entrar ¿Estás lista para llevar al máximo tu potencial?

       —Lo he estado desde que te conocí, Calipso —Sonreí liberando el estrés que tenía acumulado en mi ser. Dejando así, las simples ganas de saber lo que realmente podía dar y demostrar ante las mentiras de los demás.

       —Aquí no habrá marcha atrás y una vez iniciada, no tendrás muchas oportunidades de salir y si decides hacerlo, saldrás, pero no viva —Sentenció mirándome fijamente una vez más. Aunque no quisiera debía aceptar los riesgos que a la larga habrían de forjar mi nuevo destino.

       —Acepto los riesgos —Volví a observar su actitud.

       —Acompáñame, Selene. 

 

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POR DECRETO LUNAR | 1º © #WATTYS2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora