El ambiente volvió a mutar. Esta vez el fuego reinaba bajo nuestros pies, y las intensas llamas coronaban nuestras cabezas. Formando así una de las más bellas aureolas. Podía sentir el ardiente ambiente que no paraba de demostrar la peligrosidad con el que era dotado. Así a la misma vez daba a conocer las maravillas más hermosas de lo que es ser el elemento más destructor y a la vez el que forja las vidas enteras de aquellos libres de cadenas.
—Tal vez te hayas admirado lo suficiente como para notar la inusual característica del tercer Chakra. Este portal es el que conecta nuestras últimas pruebas más fáciles con la verdadera lucha que sigue —comunicó Calipso siendo seguida por una erupción que fulminó la poca oscuridad que en aquel sitio existía—. Este es el Chakra del Fuego. Uno de los elementos terrenales más importantes, así como feroces en todo su apogeo y poder.
—Su poder no conoce límites —susurré intentando no cortar sus palabras. Desde que habíamos comenzado, los ojos de ella no habían podido captar con claridad lo que nos rodeaba. Se habían mantenido cerrados.
—Este Chakra está bloqueado por las vergüenzas. Las mismas que atormentan la memoria y las partes del cuerpo más vulnerables. Mis antepasados consideraban la vergüenza como el arma más nociva que podía haber experimentado el hombre —el hombre de por sí ya era demasiado peligroso, pero la lengua impregnada de venganza, es el destino más cruel para acabar con una persona—. Aquel sentimiento no consiguió detenerse jamás. Es por eso que todavía en nuestro tiempo existen muertes a causa del uso sin pensar de nuestra lengua.
Sabía que tan peligroso podía llegar a ser, pero nunca tuve el valor suficiente como para experimentarlo. Sin embargo aunque aquel gesto está mal visto entre otros, una sola palabra llena de veneno, podría desaparecer hasta el alma de nuestro enemigo para toda la eternidad.
—Deberás superar todo aquella toxina que fue impuesta sin piedad entre tus venas, solo así podrás superarla y abrirte camino hacia el mañana —Agregó dejando que el silencio colmara y se hiciera nuestra perpetua compañía.
Mis manos empezaron a sudar por alguna razón estaba nerviosa ¿Sería capaz de poder librarme de aquellas situaciones? Tenía la suerte de haber presenciado tanto en todo mi viaje y poder respaldarme entre una defensa llena de seguridad y valentía. Aun así se me hacía difícil pensar en destruirla por completo, estaba cometiendo algo que ni siquiera mi yo interior deseaba. Quizás de eso se trataba finalmente.
* * *
—¿Hija? ¿Estás bien? ¿Por qué no comes? —mamá siempre me preguntaba cosas. En especial siempre cuando venía de la escuela, tal vez le gustaba saber de mi día, pero no siempre acertaba en el tiempo, en especial cuando eras la única niña nueva entre todas las demás. Me resultaba difícil responderle.
—No es nada de lo que debas preocuparte mamá —Hablé mientras los ojos de Gala fueron plantados en mí. Sentía su interés desbordándose por sus pupilas.
—¿Segura?
—Sí... —un suspiro acompañó mis palabras. No tenía la valentía suficiente como expresarle a mi mamá lo incomoda que me sentía en clase. O las vergüenzas que conllevaba ser la más susceptible ante las mentiras de mis compañeras. Tan solo quería desparecer.
* * *
—¿Pasa algo en especial Selene? —escuché mientras la voz de Calipso resonaba entre mis oídos.
—Cuando era pequeña, era la más callada del salón. Era un fantasma de entre tanta melodía desinteresada causada por las voces de mis compañeras. Recuerdo muy bien como gala intentaba defenderme de todos ellos. Pero —por alguna razón mi voz se había cortado—. Sus ojos no traspasaban las paradas. Como deseaba que fuese así...
* * *
Había intentado no perderme, pero se me hacía sumamente imposible, pues al ver los pasillos tan confusos y laberínticos que se mostraban ante mis ojos. Cualquiera se podía perder.
Pensé que ya no podía encontrar el camino de regreso, sin embargo, unas voces atrajeron mi curiosidad. La misma que ya me había causado problemas. En fin.
—¿Viste a las nuevas?
—Al parecer Cirene a raído a sus dos hijas. No puedo creer que haya tenido esa osadía para hacerlo. Y más cuando este es un templo sagrado —¿sagrado?—. ¿Acaso no tienen padre alguno que las cuide?
Algo de mí hizo que saliera en defensa de él. Yo todavía lo quería...
—¡Yo tengo un padre! —grité saliendo de las sombras de esas dos—. No he de permitir que ustedes le falten el respeto.
—¡¿Pero tú quién eres para estar aquí?! ¡¿Quién te ha dejado sola?! —Exclamaron las dos señoras al unísono.
—¡Yo tengo un padre! —grité nuevamente.
—Si eso dices ¿Dónde está entonces? ¿Te ha dejado una vez más? —Comentó una de las señoras, dejando un amargo sentir en mi corazón. Algo se había roto.
—Qué?...
Un solo llamado basto para que unas manos cálidas y con un aliento fresco y cariñoso, se acercara por mi espalda. Al parecer mis sentimientos estaban más alborotados que nunca.
—¡Hermanas! —exclamó mi madre al ver a las dos señoras con sus expresiones de inconformidad y desenfrenada carencia de empatía—. Como lo siento Armete, no volverá a pasar —sonrió mi madre intentando alejarme de ellas.
* * *
—La primera vez que vi el templo de Apolo, fue muy duro. No conocía a nada. La mayoría de veces Gala era separada de mí y yo terminaba perdida entre los pasillos. Una de esas veces, terminé escuchando una conversación entre unas muy buenas amigas mías. Claro, se convirtieron en eso, después de que crecí y maduré —suspiré, callando una risa risueña—. Así fue como me llevé una de las vergüenzas más grandes de mi vida. Llegué compartir el sentimiento de Gala. Quería regresar a casa, quería volver a ver lo que ya conocía y sentirme en casa, no estar atrapada entre miradas y estrictas normas. No quería eso.
Entendí muy bien aquello. Todas las personas que una vez tuvieron la gracia de pisar la tierra, se toparon con la vergüenza, aquella buena que te corrige y aquella mala que siempre te traerá recuerdos. Esos que hoy, yo misma, me agradecía haber soltado.
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POR DECRETO LUNAR | 1º © #WATTYS2018
Fantasía| Libro 1º - SAGA ASTROS OSCUROS | Miles de oraciones son elevadas al cielo, en busca de ser cumplidas, en busca de que por fin alguien más allá de las fuerzas humanas, pueda cumplir sus sueños. Pero aquellos mismos ruegos caen en busca de un mejor...