Nueve.

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Él.

(A)
Entonces la tipita esa me dijo que me callara. ¡A mí! O sea, ¿qué le pasa a ella? Es como, en serio, ¿qué demonios le pasa?
5:40.

Amanda, en serio te amo, pero ¿ves ese cinco y ese cuarenta en tu celular? ¡Es la hora!
5:40.

(A)
Bueno, entonces agradece. Porque hoy tienes que ir al colegio. Para prepararte. Ya sabes.
5:41.

¿Prepararme? ¿Para qué?
5:41.

(A)
._. ¿En serio? "Romeo y Julieta", ¿eso te suena?
5:41.

Oh, mi Dios. ¡Es cierto! Hoy es la obra. Dios, ¿por qué no me lo recordaste ayer? ¡Tenías que recordármelo!
5:41.

(A)
Lo hice. A las dos y cuarenta de la tarde. ¿Quien te manda a dormir tan tarde, después?
5:42.

Dios, ahora no sé qué hacer. Estoy nervioso. Ni siquiera planché la ropa.
5:43.

(A)
Agradece que tienes una novia tan considerada como yo, que le pidió tu ropa a tu mamá ayer mientras tú estabas en tu práctica de fútbol.
5:44.

¡Por eso no fuiste! Y yo que pensaba que ya no me querías. D:
5:44.

(A)
Eres un estúpido.
...
Ya estoy abajo. Ábreme. Te voy a llevar al colegio.
5:45.

Me encanta que ya tengas licencia de conducir y un auto. ¡Ahora yo soy quien abusará de su poder!
5:45.

(A)
Sí, sí. Como sea. 😏 Sólo abre. 👌🏻
5:45.

Emojis y tú no van en la misma oración.
5:46.

—Celular y "Amanda en frente", tampoco—dice cuando la tengo en frente. Sonrío.

—Bueno, pues ¿qué pasa si van en la misma oración?

—¿Qué pasa? ¿Nunca has visto películas de Apocalipsis, o algo así?—finjo sorpresa.

—Claro—le digo, mientras vamos a la cocina a desayunar.

—Pues, bueno, eso—se encoge de hombros y saca el cereal. Sonrío. Qué chica más curiosa y adorable—. Además, ¿te he dicho que detesto a la muchacha de la tienda de secundaria?

—Sí, Amanda. Tú, maldita rara, me despertaste por esa estupidez.

—¡No es una estupidez! A ver, me llamó perra, ¡la perra esa!—hace un puchero, porque hacer pucheros es lo mejor que sabe hacer.

—Entonces la hubieras halado del cabello.

—¡No! Después me acusaba con la coordinadora, porque así de maldita es esa tipa, y me hubiesen amonestado por halarle el cabello a una autoridad. Y no es que sea una "autoridad" importante. A nadie le importa su existencia.

—Amanda, tienes la suficiente edad como para saber que ella no tiene derecho a decirte de ninguna forma—le digo cuando empiezo a comer. Ella tiene que darse a respetar. Aunque sea una especie de autoridad, no vale más que ella como persona.

—Sí, lo sé. Espera, ¿aquí está mi cepillo de dientes?—asiento—Bien. Como sea, es obvio que le voy a decir hoy al director. Digo, es una autoridad, y para mí la autoridad es importante aunque la odie, pero ella no tiene derecho de llamarme de ninguna forma sólo porque mi novio está bueno. ¡Yo sé que estás bueno, por Dios! Eso no es excusa para su infantilada.

Mis Cartas por MensajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora