Treinta y uno

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Ella.

K y Jong Sunbae aman ver a Lee Jong Suk actuar. Por eso, cuando usamos el proyector para ver en la pared de mi recámara a partir del octavo episodio desde las cuatro de la mañana, todos (incluyendo a mi escritor favorito) nos ponemos de acuerdo para ver "While You Were Sleeping". Mi mejor amiga pausa de cuando en cuando mi iPad para actuar lo que ve en pantalla con su novio, pero haciendo ella de Lee Jong Suk, y el pobre Jong hace de Suzy. Reímos. Hoy va a ser una tanda de dramas increíble.

     El hambre es lo único que nos saca de la habitación. Luego de siete horas y media metidos en la habitación porque se nos acabaron las cosas de picar (y las bebidas, porque si hubiesen quedado bebidas seguiríamos en el cuarto), decidimos bajar a la sala común. Ahí están la pequeña Haneul y su madre, comiendo un par de rollos de primavera de un restaurante de comida china que queda cerca así que estamos dispuestos a robarles algo de comida; sin embargo, a Shin le da por comer kimchi y japchae, y todos terminamos en la cocina revisando qué hay, para terminar comiendo ramen con huevo y kimchi porque los dos asiáticos creen que es mejor hacerle "justicia" a los dramas. Como aún tenemos algo de hambre, decidimos probar el ramen instantáneo súper picante que nuestros amigos tienen del Koreatown de Nueva York que consiguieron cuando la tía de mi mejor amiga se los llevó al aeropuerto mientras esperaban el segundo avión, por lo que terminamos, también, con un montón de cartones de leche frente a nosotros, por cualquier cosa. Al parecer, K y yo soportamos más el picante que Jong, pero Shin nos gana a todos. Logra terminar con dos platos llenos solito, y no come más porque ya no queda. Río por cómo queda con la nariz aguada de lo caliente que estaba el plato, y río por sus pésimos modales a la hora de comer cuando tiene excesiva hambre, pero río mas cuando dice que de todas formas Jong come peor que él. Como es el ganador, decide el drama que vemos luego, por lo que terminamos viendo los dos primeros episodios de Bad Guys (porque de todas formas preferimos ver el segundo drama que Shin recomendó que viéramos después de este, así que K y yo nos lujureamos a Park Hae Jin mientras Shin hace anotaciones mentales sobre los personajes). Pero, en vez de ver Cheese In The Trap como drama, terminamos viendo la película sólo porque nos gusta más el final decente y refrescante que le dan a la relación de Seol y Jung. Además, Park Hae Jin es Jung en ambas versiones con la misma anormalidad a la hora de hacer amigos y de comportarse que tiene.
     Decidimos ver películas, entonces, siendo ya las cinco de la tarde. O quizá algún web drama. Jong quiere molestar a mi mejor amigo, así que sugiere que hagamos una tanda de dramas y películas en las que salga Do Kyungsoo, y como yo asiento porque más vale mi amor por EXO que cualquier cosa en este momento, vemos "It's Okay, That's Love". Como ya sabemos el final, es triste ver a algunos personajes aparecer y desaparecer de cuando en cuando y, cuando menos lo espero, son las tres de la mañana y soy la única despierta. Sonrío. Shin está sentado cerca de mis pies, recostado a la pared, pero mi mejor amiga y su novio están en el suelo, sobre las mantas que hacen veces de cama. Me levanto, estirándome un poco por la espalda entumecida, me dirijo al cuarto de Shin, busco un par de mantas y vuelvo a mi cuarto. Coloco las mantas sobre los dos tórtolos y me siento en mi cama. No tengo sueño. Tomo mi iPad, con el que decido leer la misma historia que me tocó traducir. Hay algo en esos personajes que me recuerda a nosotros, a Shin y a mí, y hay algo en aquellos otros personajes que me recuerda a todos los demás. Ahí están, son como nosotros; pero son distintos, tienen vidas distintas y existen en un universo paralelo, dentro de la mente de un escritor. ¿Cómo me atreví a traducir las palabras de una imaginación que considero superior a la mía? ¿Cómo pude entender las emociones de alguien que se conoce a sí mismo mejor de lo que yo jamás podré conocerme? O quizá exagero y lo sobreestimo como intelectual. Pero me siento contenta, porque entiendo lo importante de los pequeños símbolos en la escritura. Entiendo cada objeto y persona, y entiendo lo que trata de decir entre líneas. Releo las partes en las que el narrador se encuentra pensando en la chica como un ser que merece ser comprendido, y recuerdo las cartas que Shin me mandó: sigo sintiéndome culpable, aún cuando no es mi culpa.

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⏰ Última actualización: Apr 24, 2018 ⏰

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