•The Maze Runner: Preferencias e imaginas• [En edición]

Estos celos me hacen daño, me enloquecen

Los látidos de mi corazón aumentaban a cada paso, era inevitable no estar a punto de un ataque cardíaco después de recorrer las secciones del laberinto junto al asiático. En situaciones como esta no sabía que era lo que incrementaba mi flujo sanguíneo pero tener a Minho con su camisa ceñida a su cuerpo a causa del sudor no ayudaban a controlarme en lo absoluto.

Aquel moreno ha sido el objetivo de todas mis miradas furtivas, el dueño de mis pensamientos, y el acredor de mi cariño, pero al contrario de mí, aquel asiático es demasiado tonto para mostrar lo que siente.

Cada vez que estamos relativamente cerca, mi corazón palpita millones de veces por segundo, es insano adorarlo tanto, pero él se mantiene detrás de la línea de sarcasmo y amistad que construyó hace muchos meses.

Era imposible que no notara mis sentimientos por él cuando hasta  el novato lo había hecho. El día de su bienvenida me encontraba sentada tomando un poco de la bebida de Gally mientras Minho se encontraba sentado un poco más lejos de la fogata.

Se veía jodidamente bien, el tono bronceado de su piel y sus mejillas sonrojadas por el calor del fuego hacían de esa imagen mental una total obra de arte.
Mi mirada se alejó un poco de Minho, encontrando la mirada marrón de Thomas.

Thomas se acercó a mí, hablamos de cosas tontas un tiempo y en algún instante, la bebida de Gally nos había afectado a ambos.

Nuestras miradas se encontraron con nuestros labios, las risas se detuvieron y la cercanía de nuestros rostros estaba aumentando. Sentía su aliento, su respiración y antes de siquiera poder rozar nuestras narices, Minho tomó al castaño por el hombro alejandolo de mí.

Sus manos soltaron a Thomas, me miró de soslayo, su pulgar se encontraba acariciando mi mejilla, todo se había detenido a mi alrededor.

-También me gustas- murmuró contra mis labios antes de besarme.