Volver a Senoia me traía muchos recuerdos, todos ellos bonitos. Como quisiera retroceder el tiempo y poder aprovecharlos porque en el futuro no me esperaría nada como eso.
- Hogar, dulce hogar.- Dijo Robert al entrar a la que sería nuestra casa en Senoia.
- Tortura en otro lugar.- Bufó Louis rodando los ojos.
Como no quería ningún tipo de problema con Robert, comencé a desempacar las cosas y ponerlas en orden. Con ayuda de mi hijo, pude mover y ubicar las cosas pesadas que estaban en el camión de mudanzas, como el sillón, las sillas, el comedor, etc.
La verdad es que esta casa me gustaba más que la otra, es mucho más espaciosa pero al mismo tiempo acogedora. Sin embargo mi parte favorita era la cocina, amplia y con todo el equipo necesario para poder hacer miles de platillos.
No era secreto para nadie que amaba cocinar. Desde pequeña lo hacía y fue mi amor al chocolate, lo que hizo que me obsesionara con los postres haciendo que sean mi especialidad. Una cocina como esta era básicamente uno de mis sueños hecho realidad.
Estaba tan cansada con todo lo del viaje y la mudanza, a pesar de toda la ayuda que me brindó Louis, no fue suficiente para evitar este gran cansancio. Sin embargo no podía darme el lujo de dejar para mañana lo demás, Robert se enfadaría y eso ahora me viene mal... de hecho siempre me viene mal. Tenía que hacer la cena y de cierta forma me emocionaba tener que hacerlo en esta cocina.
- Ve y dile a tu padre que baje para cenar.
- De acuerdo.- Se dirigió al segundo piso mientras que yo terminaba de servir la mesa.
La cena trascurrió tranquila y en silencio, tal como le gustaba a Robert. Yo en verdad disfrutaba de las conversaciones en la mesa, me llenaban de alegría. Ahí se apreciaba lo que era compartir el día a día con la familia y convivir como una. Lastimosamente en la mía, por más que quisiera, no se podía.
- Mamá, no te preocupes por los platos, yo los lavaré.- Me dijo mi hijo con una sonrisa amable, la cual devolví gustosa.
- ¡NO! Ese es trabajo de las mujeres y tu eres un hombre. Así que deja que tu madre lo haga.- Ordenó.
- ¡Pero ella está cansada, se pasó todo el día ordenando las cosas mientras que tu dormías!- Oh no, esto iba a terminar mal.
Inmediatamente Robert se levantó de su asiento de forma brusca y su puño buscaba el rostro de Louis.
- ¡BASTA! Ya lo haré yo, suban a dormir.-Grité llamando la atención de ambos hombres.
Louis, completamente enfadado, salió del comedor para ir a su nueva habitación y con miedo volteé a ver a mi esposo.
- Ves...¡Ves como tu hijo me alza la voz por como lo has criado!- Me reprochó y asi mismo se marchó. Solté un suspiro de alivio al no haber recibido ningún tipo de golpe.
Típica escena de una novela; llorar mientras se friegan los platos. Pero esto no era una novela, era la realidad. Mi realidad, mi triste y fea realidad.
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Qué tal todoooo :D Aquí un nuevo capítulo.
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Nuestro Reencuentro de Amor// Norman Reedus
RomanceTal parece que con aquel reencuentro floreció el amor nunca antes confesado. Historia y portada 100% creada por mí -> Nisall103