- ¿Qué me cuentas de tu vida little Lori?- Rompió el silencio y sonreí al escuchar el sobrenombre con el que solía llamar cuando éramos adolescentes.
- Bueno pues tengo un hijo, se llama Louis y tiene 17. Tenía un trabajo allá en Francia pero lo tuve que dejar.- Le respondí contenta.
- ¿No estás casada?- Preguntó interesado.
- Ah sí, mi esposo se llama Robert, es un buen médico.- Volví a responder pero esta vez mi tono había cambiado. Al parecer Norman se dió cuenta del cambio pero no dijo nada y agradecí que fuera así. - Mira, aquí vivo con mi familia.- Señalé rápidamente la casa sin desenfocarme de la autopista.
- Eso no es una casa Lori, eso es una mansión. ¿Tan buen médico es tu esposo?- Preguntó riendo.
- Sí...bueno nos hemos podido dar ciertos lujos, no te voy a mentir.- Aseguré. - ¿Qué me cuentas de tu vida?
- Mmm no mucho la verdad. Tengo una hija de 16, su nombre es Janis y no...
- ¿A ese extremo llevaste tu obsesión por Janis Joplin?- Me burlé a lo que Norman solo elevó sus hombros.
- Es lo mejor que me ha pasado en la vida.- Me afirmó viéndome a los ojos.
- Ya lo creo Normy.- Le sonreí. -¿Qué hay de tu esposa?
- Bueno ella...- Suspiró frustrado.
- Hey, está bien.- Acaricié su hombro para tratar de calmarlo. -No es necesario hablar de eso ahora.- Me moría por saber que había pasado para poner a Norman así pero no lo iba a presionar.
- No, no. Quiero hacerlo, nunca lo he hablado con nadie y creo que eso es lo que me pone así cada vez....Me encantaría hacerlo contigo.- Confesó ya más calmado.
- Cómo tú quieras, sabes que estoy aquí para ti.
- Susan...ese es su nombre.- Comenzó.- No se que fue lo qué pasó Lori, ¿sabes? Todo iba perfecto en nuestro matrimonio y llevábamos años intentando tener un hijo. Cuando por fin lo logramos estábamos muy ansiosos pero cuando nació Janis, algo ocurrió con Susan. Ella no quería a la bebé... ella no quería a nuestra hija.- Su voz sonaba quebrada y cuando lo vi a los ojos, ya estaban cristalizados. Para ese entonces decidí parquear el auto y escucharlo mejor.
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-No la quería ni ver, mucho menos cargarla y darle de comer. Cuando llegamos a casa ella dijo que saldría al parque a tomar aire mientras que yo acurrucaba a Janis en el cuarto que con tanto amor decoramos. - Soltó unas cuantas lágrimas y respiró para continuar.- Susan nunca volvió, nos abandonó.-
- Oh Norman.- Me desabroché el cinturón y como pude me acomodé para darle un fuerte abrazo el cual me lo correspondió al instante. Se lo veía bastante dolido.
Nos quedamos así unos minutos hasta que Norman habló.
- Se sintió tan bien haberlo hablado. Siento que hasta bajé de peso.- Rió quitando los rastros de llanto.
- Sabes lo mala que soy dando apoyo moral pero cuenta conmigo en lo que sea.- Dicho eso me volví a colocar el cinturón y encendí el auto. Aplasté acelerador y un minuto después se escuchó un ¡POP!
- ¿Qué fue eso?- pregunté asustada.
- Creo que mataste un niño Lorraine. ¡Eres una asesina!- Bromeó.
- Calla bobo.
Ambos bajamos del auto y caminamos hacia el frente para examinar lo que había pasado.
- Bien parece que alguien le valió todo y botó una cerveza de vidrio en el suelo.- dijo tranquilo.
- Robert me va a matar.- pensé temerosa.
- Mi casa está a dos cuadras de aquí. Ahí tengo una llanta de respuesto que te puede servir.- Y como si un ángel hubiera iluminado mi vida apareció Norman con su gran idea.
