Nuestro Reencuentro de Amor// Norman Reedus

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- La cena estuvo deliciosa Lorraine. No sabía que eras una experta en la cocina.- Dijo Norman recargado sobre el marco de la puerta.

- Gracias.- Reí timida ante su comentario.

- Hablé en la tarde con John, me dijo que mañana llega con Isabelle de su viaje. Están muy emocionados por verte.- Continuò.

- ¿En serio? ¡Perfecto! Muero por verlos, los he extrañado tanto.- Comenté emocionada.

- ¿Más que a mi?- Preguntó con un tono ¿seductor? Se acercó a mi y me envolvió entre sus fuertes brazos. Sabía que no iba a pasar nada mas ya que los niños estaban cerca.

- Jajaja tonto.- Reí.

- Fue un placer volver a estar con ustedes. Gracias por todo, nos veremos pronto.- Se despidió.

- ¡La pandilla se reunirá!- Grité emocionada una vez dentro de la casa.

(***)

- Hola Lori, llamaba para avisarte que Isabelle y John ya llegaron. Están en su casa desempacando todo. ¿Quería saber en donde nos reuniríamos?¿Tú casa o la mía?- Habló Norman al otro lado de la línea.

- En mi casa, no hay problema. Haré la cena con gusto.-  Dijo contenta.

- Perfecto. Hasta entonces.- Se despidió.

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- Mamá, ya llegaron los invitados. Acabo de ver un carro parqueandose en la entrada.- Avisó Louis.

- Gracias hijo.- Le sonreí dirigiéndome a la puerta. Me di un último vistazo en aquel espejo a la entrada y esperé a que timbraran. Al sonar el timbre, me quede ahí unos segundos para no parecer desesperada y luego abrí la puerta.

- ¿Lorraine?-

- La misma que viste y calza.- Sonreí.

- ¡Oh Por Dios! No puedo creerlo.- Se acercó y me tomó en sus brazos. - Estas tan cambiada.- Dijo Isabelle. Por fin, después de años volvía a ver a mi mejor amiga. Estaba un poco en shock, aún no terminaba de asimilarlo.

- Lo mismo dije yo cuando la vi.- Intervino Norman detrás agarrado de la mano con Janis.

- ¡Oficialmente la pandilla se reunió!- Gritó Isabelle eufórica. No la culpo, yo estoy igual solo que no lo demuestro por fuera.

- ¿No hay abrazo para mi?- Preguntó burlón John. Inmediatamente lo abracé hasta que caí en cuenta que habían tres personitas a su lado.

- ¿¡Trillizos!?- Les pregunté anonada. Aquellas personitas eran dos niños y una niña, todos de la misma estatura por lo que deduje que eran trillizos. Los varoncitos tenían los ojos más oscuros pero los de la niña eran increíblemente claros y llamativos. Alce mi mirada y me encontré con su madre asintiendo.

- Todo un campeón John.- Rió Norman palmeando a John.

- ¡Isabelle!- Exclamó sonriente Janis mientras se separaba del agarre de su padre.

- Mi niña...te he extrañado tanto.- La abrazo cariñosamente.

- Entremos para estar más cómodos.- Les avise a los presentes a lo que sin chistar entraron. Una vez dentro, llame a Louis para que lo conocieran.

- Él es mi hijo, Louis.- Lo presente en lo que él saludaba a todos.

- Qué guapo tu hijo.- Comentó Isa.

- Igual que su madre.- Dijo Norman sin pensarlo, lo sé porque al segundo bajo su mirada al caer en cuenta con su comentario. Por suerte nadie dijo nada al respecto.

- Les trajimos regalos de Italia.- Dijo John.

- ¿Italia? Mi esposo está allá por trabajo.- Les comenté para sacarlos de dudas respecto a mi pareja.

- Están en el auto, los voy a ver.- Avisó John.

- Te acompaño.- Le dijo Norman.

Ambos hombres salieron de la casa en búsqueda de los regalos. Aproveché para pedirle a Louis que le pusiera una película a los trillizos Lucas en el otro living. Este a su vez arrastró a Janis consigo. Ellos dos se habían vuelto muy unidos en tan poco tiempo y me alegraba saber que Louis ya tenía una buena amiga.

- Entonces...Norman, ¿eh?- Dijo Isa con una sonrisa pícara.

- ¿Qué? ¡No! Los años pasaron pero tú locura se quedó intacta.- Susurré. ¿Por qué susurraba? Ni yo sé.

- Se nota la tensión...sexual entre ustedes.- Continuó.

- ¡Soy casada!- Excusé.

- Los años pasaron pero te sigo conociendo como la palma de mi mano.- Repitió mi frase anterior.

- ¿Qué?- Pregunté nerviosa.

- Estoy más que segura que tu matrimonio no va del todo bien.- ¿Acaso tengo una amiga bruja? No le conteste pero de suerte Norman y John habían regresado.

- Mañana vengo al medio día, quieras o no.- Me susurró y se volteó como si nada hubiera ocurrido.

A lo mejor era esto lo que necesitaba. Hablar con alguien, y quien mejor que mi mejor amiga. Todos estos años me lo he quedado todo para mi y eso de cierta forma me asfixiaba.

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