-¡Cómo siempre... todo estuvo delicioso! Y estos vinos, ¡qué buenos vinos los que tu marido tiene!- Esbozó Norman con un poco dificultad y no lo culpo, yo estaba igual. Creo que dos botellas de vino y mitad de favorita de Robert empezaban a hacer efecto en nosotros.
- ¡Yo no tengo marido!- Vociferé risueña caminando en pequeños círculos.
- ¡Claro que si lo tienes! Se llama Robert y es un suertudo hijo de puta al poder tenerte todas las noches entre su piel.-
Sus palabras hicieron que detuviera mis vueltas y parar en seco. Estaba borracha, sí pero entendía muy bien lo que quiso decir. Y creo que fue por el mismo hecho de mi estado de embriaguez que hice lo que hice.
Como pude me acerqué a Norman y terminé abalanzándome a él para luego unir nuestros labios como quise hacerlo hace 24 años. Él no tardó en responder y fue en cuestión de segundos que tuve sus brazos alrededor de mi cintura, apegándome más a él. No había duda alguna de que esto estaba subiendo de intensidad pero no estaba en mis 5 sentidos para hacer algo coherente al respecto...más que ceder.
- Deberíamos ir arriba.- Le dije entre besos mientras desabrochaba su camisa negra.
- Lo que tú digas nena.- Respondió con una voz extremadamente ronca. Como por arte de magia me cargó entre sus brazos con los piernas rodeando su cintura. De esa forma el tuvo mejor acceso para masajear mi detrás y al mismo tiempo de profundizar el beso más allá que el Titanic.
Una vez en el cuarto, fue cuestión de minutos para que ambos nos desecháramos de nuestras prendas y quedar como Dios nos trajo al mundo; desnudos.
Podía verlo y quería grabar su imagen en mi mente para siempre. Fantaseé con este momento por muchos años y más de los que me gustaría admitir.
- Eres perfecta, te deseo tanto.- Volvió a hablar sin tardarse en volver a mis labios.
- Hazlo ya.- Le exigí acomodándome bajo el. Unirnos como uno era todo lo que ambos necesitábamos y anhelábamos urgentemente, se notaba.
Y ocurrió.
Se adentró en mi de un solo movimiento y fue un grito placentero por parte de los dos que confirmo lo que tanto deseábamos. Así como esa le siguieron muchas veces más hasta que nuestros cuerpos no pudieron más y acabaron.
Puedo asegurar que hace años...y muchos, no sentía un placer parecido a este. Ni si quiera cerca. De hecho el sexo con Robert no se compara en nada con el que acabé de tener con Norman. Fue como llegar a la gloria misma.
Habíamos acabado rendidos y sin importar que nuestros cuerpos estén sudados y un poco pegajosos, dormidos lo más pegados posibles, disfrutando del momento que no queríamos que acabase nunca.
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Nuestro Reencuentro de Amor// Norman Reedus
RomanceTal parece que con aquel reencuentro floreció el amor nunca antes confesado. Historia y portada 100% creada por mí -> Nisall103