- ¿Lorraine?¿Lorraine Barley?- Repitió consternado al verme.
Alcé mi mirada y me encontre con los ojos de la persona a la que yo había semi-atropellado con el carrito.
- ¿Sí? Soy yo...y tu eres- Respondí esperando a que me dijera quién era.
- ¡Soy Norman! Norman Reedus.- Se presentó mientras se hacía paso hacia a mi para darme un fuerte abrazo, el cual respondí desconfiada ya que mi mente no procesaba el nombre.
Norman Reedus. ¡Oh por Dios!¡Era Norman!
- ¡Norman!- Lo alejé bruscamente de mi para examinarle bien el rosto y reconocerle. Sí, era el mismísimo Norman de hace veinte años. - No te habia reconocido con ese cabello largo.- Le dije sonriendo y volviendo a abrazarlo, aprovechando para volver a inhalar aquel aroma tan característico suyo. Increíblemente seguía siendo el mismo olor.
- Tu...tu estas un tanto cambiada. Esa vestimenta, nunca imaginé verte vestida así pero sigues igual de preciosa.- Halagó despertando aquellos sentimientos enterrados.
- No puedo creer que nos hayamos encontrado en el supermercado.- Reí ironica consiguiendo que Norman se uniera a mi risa hasta que la señora detrás de nosotros interrumpió, señalando que ella quería pagar e irse de inmediato. Norman terminó de pagar sus cosas y yo le cedí mi puesto a la señora, no tardó mucho ya que sólo tenía tres cosas en su canasta. Finalmente pagué el centenar de cosas que habían en mi carrito y con la ayuda de Norman, no tarde más de cinco minutos en empacar.
- Debemos reunirnos... ya sabes, "La pandilla".- Dijo Norman metiendo las bolsas en la parte trasera de mi auto.
- ¡Claro, sí! Eso mismo estaba pensando en decirte. Muero por ver a Isabelle y a John. - Le anuncié emocionada. -¿Qué sabes de ellos? Cuéntamelo todo.- Al decir eso me escuché como toda una vieja chismosa pero que le iba a hacer.
- Será mejor que te lo cuenten ellos.- Me dijo esbozando una pequeña sonrisa al ver mi rostro decepcionado.
-¿Te llevo a casa?- pregunté por cortesía cuando noté que no venía en auto.
- Oh no, no te preocupes Lori, puedo ir a pie.- Se negó.
- Súbete Norman.- Ordené abrochándome el cinturón de seguridad.
- Había olvidado lo mandona que eras. Pensé que los pacifistas de los franceses te relajarían un poco pero ya veo que no.- Se burló. Sacó del bolsillo de su chaqueta unas gafas negras y se las puso. Posó su vista en mi y subió-bajo sus cejas reiteradas veces. Se veía tan apuesto con esa pinta que sin darme cuenta había soltado un suspiro. Me enfoqué en el parabrisas con miedo a que él se burlara de lo que acababa de hacer. Para mi suerte, de su hermosa boca no salió palabra alguna.
- Pero que cosas dices Lorraine Barley, eres una mujer casada y con un hijo.- Reprochó mi subconsciente.
- Las tres aquí sabemos que Robert es un hijo de puta.- Se incluyó mi subconsciente número dos.
Sí, en mi mente no solo existe mi subconsciente, sino dos de ellas. Una es la buena y la otra la mala. ¿Soy la única con este problema?
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Nuestro Reencuentro de Amor// Norman Reedus
RomanceTal parece que con aquel reencuentro floreció el amor nunca antes confesado. Historia y portada 100% creada por mí -> Nisall103