Sunshine; J. Jungkook

☀Especial Cuatro: Sunshine

Vean el vídeo, no tiene casi nada
qué ver con el capítulo, pero es
demasiado lindo y me inspiró
para escribir esto ♡

— ☀

J. Jungkook

— ¡Yebin, por favor deja a Olaf o mamá se enojara! Y me matará a mi, no a ti — murmuré lo último alejando al perrito blanco (ahora ya no tanto) de mi hija. Cerré mis ojos por cinco segundos y cuando los abrí, vi a Jeongsan pintando las cortinas de la habitación — ¡Alto ahí, pequeño! — grité corriendo hacia a él. A penas lo levanté del suelo comenzó a llorar y como si eso no fuese lo demasiado devastador, Yebin siguió los pasos de su hermano y empezó a llorar.

Bajé de inmediato a la cocina para buscar sus biberones mientras escuchaba sus estrepitosos llantos. Aún no entendía como YongSun era capaz de controlarlos a ambos, pero yo llevaba una semana cuidándolos y aún no lo hallaba la técnica. Corrí de vuelta a la habitación de mis pequeños y demasiado inquietos hijos, encontrando a Yebin tirando el cabello de su hermano.

— ¡Yebin, ya te he dicho que no le hagas eso a tu hermano! — dije sacando a Jeongsan del corral.

— ¡Mamá! — gritó ella antes de hecharse a llorar otra vez, y bueno, como era costumbre, su hermano también.

— Por favor, no lloren — dije ya encontrándome en tal grado de desesperación que solo tenía una opción en la cabeza.

Llamar a YongSun.

— Contesta por favor — rogaba mientras esperaba con el teléfono en la oreja — Por favor, por favor.

— ¿Jungkook? — se oyó al otro lado de la línea y por fin pude respirar.

— ¡YongSun! Dios mío, necesito tu ayuda.

— ¿Los chicos están bien?

— ¡No!

— ¿¡Qué!? — gritó notablemente preocupada. Okey, tal vez mi elección de palabras no había sido la mejor.

— No es lo que quise decir, ellos están bien, pero yo no tanto — susurré lo último — ¡No quieren parar de llorar!

— Pásale unos crayones — dijo con simpleza.

— ¡Ya lo hice! Pero pintaron las cortinas y... tal vez a Olaf.

— ¿Otra vez? ¡Jungkook! Siempre que llego Olaf está de un color distinto, y te encargarás de lavar las cortinas.

— ¿Yo? ¿Por qué?

— Tú tuviste la idea de la habitación blanca para que las pintaran y "desarrollaran su creatividad". Así que ahora es tu problema.

Okey, eso no podía ser totalmente mi culpa. Si, yo había leído en una revista que era bueno para los niños de entre dos a cuatro años, así que cuando nos mudamos de casa (más bien de departamento a casa) decidí que sus habitaciones podrían servir como una sala de artes. Aunque ahora me daba cuenta de que probablemente no había sido la mejor idea.