Sunshine; J. Jungkook

스물둘; Veintidós

J. Jungkook

Debo admitir que con la ausencia de YongSun, las clases se me habían hecho mas aburridas. Y obviamente sería así, si ella se la pasa todo el día acaparando mi atención, no de la manera que piensan, pero ¿Quien estaría pendiente de la clase con una chica que te habla toda la hora mientras hace ridiculeces? Diganme, porqué juro que lo felicito.

Al principio sólo sospeché que iba a llegar tarde, cosa común en ella. Pero al notar que no llegó en toda la clase había optado por enviarle un mensaje, al que no contestó. Le envié más de uno, pero al igual que el otro no tuvieron respuesta.

Un sentimiento extraño, de preocupación, acaparó en mí interior. Y esa es la razón por la cual, ahora, me encuentro golpeando la puerta de su casa en espera de que alguien me abra.

Al pasar cinco minutos sin señales fe alguien, me decidí a llamar nuevamente. Pero antes de que eso pasara, Nana sale por el lado izquierdo de la casa cargando una manguera verde

- ¡Jungkook! - grita tirando la manguera hacia un lado para venir hacia mi.

- Hola señora...- me detengo al ver como sus facciones cambian a una mas seria. - Hola Nana- le corrijo y ella sonríe ampliamente.

- ¿Hace cuanto estas aquí? Yo estaba en el jardín trasero, siento no haberte abierto la puerta.

- Oh, no se preocupe. La verdad no estoy hace mucho.

- ¿Vienes a ver a Sunshine? Obviamente vienes a verla- se respondió como si fuera lo más obvio del mundo. Aunque...bueno, lo era.

- Hum, si. Faltó a clases y la profesora Lee me mandó a dejarle unas cosas - mentira, ni siquiera la había visto hoy pero no podía decir que estaba preocupado y por ese motivo había decidido venir.

- Que amable eres. Ven, entra- dijo abriendo la puerta principal - Sunshine no pudo dormir en toda la noche, así que lo más probable es que ahora esté reponiendo esas horas de sueño.

- Ooh, yo mientras hum... Estaré en su habitación- hablé titubeante y apunté hacia arriba.

- Está bien hijo, cualquier cosa que necesiten me avisan- dijo en un tono maternal mientras se iba en dirección opuesta a la mía.

- Okey- dije antes de girarme hacia las escaleras.

Me sorprendí a mi mismo al encontrarme subiendo los escalones de dos en dos para poder llegar más rápido arriba. Con sumo cuidado abrí la puerta dejando en vista la habitación de YongSun; las cortinas estaban cerradas impidiendo el paso de la luz y un bulto en la cama llamado YongSun dormía plácidamente ahí.

Examiné su habitación ya que la última vez que estuve aquí no me dediqué a observarla. Era exactamente como me la esperaba, muchos colores pasteles por todos lugares, había una repisa llena de peluches y sólo en un lugar tenía una fila de Rilakkumas, las paredes de color rosa tenían varios detalles en color negro y en una de ellas había una tira donde se supone que deberían ir fotos, per estaba vacía.

Me senté en la silla del escritorio mirando directamente a YongSun, la sabana la cubría casi completa y sólo dejaba a la vista la mitad de su rostro, sonreí inconscientemente al ver lo tierna que se veía en ese estado. Me pare de mi lugar y me puse de cuclillas a su lado, con cuidado de no despertarla acaricié su mejilla con el dorso de mi mano.