Sunshine; J. Jungkook

☀Especial Uno: Inicio

J. Jungkook

— ¿Para que querías que viniera? — le pregunté molesto a mi padre.

Hace cinco minutos había estado parado frente a él y sólo se había dedicado a seguir leyendo las noticias en el periódico.

— Empaca tus cosas — dijo sin siquiera mirarme.

— ¿E-empacar?

— Empacar, meter tus cosas en cajas y llevártelas, o como sea que lo quieras llamar. Si te va tan bien en la escuela supongo que sabes su significado.

— ¿A qué te refieres?

— Compré una casa en Seúl, nos vamos en dos días — respondió antes de salir de su despacho dejándome completamente sorprendido y bastante molesto.

(...)

— ¿¡Qué ustedes qué!? — gritó Jimin a través del teléfono haciendo que mis oídos dolieran.

— No te lo diré otra vez, Jimin — dije, ya que esta era la tercera vez que se lo explicaba.

— Pero... ¿Te irás así como así? ¿Tan rápido?

— ¿Crees que tengo otra opción?

Odiaba a mi padre, odiaba sus ideas, en realidad odiaba todo de él. ¿Irse de inmediato lejos de aquí? Al parecer no le había bastado sacarme de la casa de mi abuela para llevarme a una casa en la qué estaba obligado a convivir con Jenna.

— Jimin, necesito salir — le dije.

— ¿Eso es un "Jimin, busca una fiesta y vamos"? — preguntó emocionado.

— ¿Tú que crees?

Más tarde Jimin me había enviado un mensaje con la dirección de la fiesta. Era increíble cómo las encontraba tan fácilmente, pero eso era porque conocía a la mitad de los ciudadanos de Busan la cual la gran mayoría eran adolescentes exaltados. No tardé tanto en cambiarme de ropa para la ocasión, jeans negros, una camiseta blanca, una bomber negra y ya estaba listo.

Cómo era obvio, mi padre estaba dentro de su despacho con trabajo y nisiquiera se daba cuenta de que saldría, pero alguien si lo haría y ese alguien me molestaba.

— ¿Vas a salir? — preguntó Jenna cuando estaba a punto de bajar la escalera. No le respondí y simplemente seguí mi camino con ella siguiéndome — Jungkook, no dejes que nadie ponga algo en tu bebida, ten cuidado con los chicos más grandes y no...

— ¿Eres mi madre? — pregunté volteandome a verla.

— N-no, p-pero...

— Entonces no te preocupes por mí, simple — solté bruscamente antes de salir de la casa.

Odiaba la forma en la que actuaba, todo en ella gritaba "me das lástima". No tuve una madre y no la necesitaba, pero Jenna no se daba cuenta de eso. De todos modos estaba procurando olvidar todo por los menos por esta noche, no me importaba nada.

Y así fue. Una hora después estaba en medio de un fiesta con mucha gente, mucho alcohol y música alta. Había perdido la cuenta de cuánto había tomado, pero cuando estaba a punto de tomar otra botella de cerveza una mano se interpuso.