Capítulo 3
Elisabeth
— Cariño, deberías de tranquilizarte un poco, no es algo tan grave— dice mi madre por la otra línea del teléfono.
No sé si os hablé de mi relación con ella, pero por si no lo hice entonces os digo que mi madre es la mujer más bondadosa e increíble del universo. Además de apoyarme con todo lo sucedido con Zeus (aun sin saber todo lo que había pasado), siempre me ha ayudado en mi momentos de crisis provocados por la universidad, eso si, desde el teléfono. Nací en Portland, Michigan, y estudio en la Universidad de Brown, por lo que estoy a unas 12 horas en coche de mi casa, así que como comprenderéis eso de que mi madre pueda socorrerme en persona es difícil.
También fue difícil alejarme de ella, ver su rostro de preocupación y sus lágrimas descendiendo cuando me despedía de ella, se que soy su vida entera, algo que me repite en numerosas ocasiones, y ella por supuesto es la mía.
— Exacto Elisabeth, haz caso a tu madre, siempre tiene razón—dice mi padre.
La relación con mi padre también es maravillosa, aunque chocamos más por el hecho de que tenemos el mismo carácter, pero aún así los dos sabemos lo mucho que nos queremos.
— Lo sé, pero estoy nerviosa, sabéis mis ideas acerca de esa industria, de lo horrible que me parece lo que le hace a la mujer...
—Pues míralo como una oportunidad para reivindicar tus ideas, puedes hacer el trabajo y además tratar de cambiar la mente de toda esa gente, yo se que lo vas a hacer bien, todo lo haces bien cariño, nunca falla.
Sonrío al teléfono y asiento convencida. Puedo hacerlo, tan sólo es un trabajo de investigación, nada más, tendré que tranquilizarme.
— Mamá tengo que colgar, el profesor Mendez me dijo que hoy conocería al actor que me ayudaría.
— Vale cariño, ten cuidado, ¿si?
Ruedo los ojos y sonrío. Esas son las palabras que siempre salen de la boca de mi madre haga lo que haga, aunque sea ir a sacar la basura.
—Esta bien mami, hablamos luego.
— Te quiero
— Y yo
**
Camino a lo largo de la sede de X-Movies, viendo por el pasillo numerosos marcos con pósters de algunas de sus películas porno. Vaya, realmente se sienten orgullosos de lo que hacen y no tienen ningún reparo en demostrarlo.
Llego hasta la mesa de la secretaria del que supongo que será el señor Stalon y le enseño el pase que ya me entregaran a bajo. Ella sonriente coge el teléfono y marca un número.
— Señor Stalon, la señorita Blynton ya está aquí— pequeña pausa— si, ahora se lo digo.
La secretaria cuelga el teléfono.
—Puedes pasar.
Asiento y llamo a la puerta antes de entrar. Cuando lo hago descubro un enorme despacho, elegante y sotisficado, y a diferencia del resto de los pasillos de la empresa, no se encuentra ningún tipo de imagen relacionada con lo que se hace aquí.
El señor Stalon me observa de arriba abajo y después de forma sonriente se acerca a mi y aprieta mi mano.
— Encantado de conocerlo señorita Blynton, Richard Stalon a su servicio.
Sonrío no muy convencida.
— Verá señor Stalon, seré sincera, este es un trabajo muy importante para mí, así que agradezco mucho su ayuda, y agradeceré mucho su colaboración.
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Rompiendo tus códigos
Romance¿Qué tienen en común una estudiante de sociología y un actor porno?