Capítulo 12
Michael
—Dime donde estás, necesito verte, ahora— digo casi desesperado
—¿Por qué? — pregunta Elizabeth con cierta confusión
—Porque me muero de ganas de demostrarte que has tomado una buena decisión— no lo pienso, mis palabras salen sin ningún tipo de problema y creo escuchar a Elizabeth suspirar.
Alan no me quita los ojos de encima y sonríe casi igual que el gato de Alicia en el país de las maravillas. No sé porque Alan se ha empeñado en que persiga a Elizabeth e intente algo con ella, quizás el es capaz de observar aquello que se escapa de mis ojos.
—Estoy en la residencia de mi universidad...
—¿Sola?
—Si— responde al instante y no dudo en sonreír.
Puedo sentir sus ganas en el tono de su voz y eso no puede evitar alegrarme.
—En 20 minutos estaré allí.
Y cuelgo.
—¿Abandonas la fiesta? — dice Alan tratando de hacer un puchero.
—Tu más que nadie deseabas que abandonase la fiesta.
—Cierto, quiero que te retires del mercado para tener ligues para mí, soy un hombre egoísta— me río ante los comentarios de mi amigo y golpeo su espalda antes de despedirme con la mano.
Esquivo a las numerosas personas que se encuentran en el bar, pero cuando estoy por esquivar a la siguiente alguien toma mi mano de forma delicada. Me giro y me encuentro a Summer con una enorme sonrisa y un pronunciado escote.
— ¿Te vas ya?
— Si, tengo cosas que hacer
Summer pone cara de pena y comienza a acariciar mi brazo.
—Pensaba que te quedarías, vine por ti, para pasar tiempo juntos...
—Summer...— me da pena decirle que no tenemos ningún tipo de relación. Summer siempre estuvo ahí cuando más lo necesitaba, es una mujer guapísima e increíble en la cama, tenemos buena química tanto dentro como fuera de las pantallas, y en cierto modo me entristece dejarla atrás, ya que es de las pocas que puede entender lo que se siente trabajando en este mundo, además está el hecho de que llevamos demasiado tiempo compartiendo nuestra intimidad.
—Está bien, no pasa nada, pero me debes una— dice levantando su dedo índice, el cuál se encuentra adornado de un enorme anillo que hace juego con sus afiladas uñas de porcelana.
—Hecho
Ambos nos sonreímos y me suelto de ella para seguir mi camino hacia la salida.
Cuando llego al campus universitario comienzo a ponerme nervioso y desesperado. Entre otras cosas porque no se hacia donde queda la residencia, pero consigo parar a unas alumnas que parecen irse de fiesta. Ellas me indican hacia donde debo ir y comienzo a correr como un loco.
Llego a la residencia y caigo en la cuenta que no sé su número de habitación. Apoyo mi cabeza contra la pared y comienzo a suspirar. Saco mi móvil para avisarla pero entonces veo que me envió un mensaje con la localización de la residencia y segundos después una palabra junto con un número:
<<Habitación 117>>
Miro el panel de información de la residencia y veo que la habitación está en la última planta, la número 3. Comienzo a subir las escaleras de dos en dos y me dirijo hacia su habitación.
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Rompiendo tus códigos
Romance¿Qué tienen en común una estudiante de sociología y un actor porno?