Capítulo 18
Elizabeth
Mi móvil vuelve a sonar indicándome un nuevo mensaje. Miro emocionada la pantalla, con la esperanza de que fuera un mensaje de Michael, pero no, tan sólo era un mensaje de mi madre preguntándome que tal la semana, y que cuando me iba a dignar a llamarla para hablar.
Suelto un pequeño suspiro y no contesto a mi madre, dejo el teléfono sobre la mesa y me cruzo de brazos mientras mientras miro en un punto fijo de mi pared.
— Por esa cara deduzco que no era quien esperabas— dice Lydia mientras se sienta a mi lado de la cama.
— Esperaba que fuera Mi...— me callo y me corrijo a tiempo antes de que diga el verdadero nombre de Michael, Lydia no lo sabe, y supongo que no debería de saberlo por mi, es algo que el me contó en confianza— Pierre, pero nada, lleva 1 semana sin hablar conmigo, después de ir a visitar a su madre y de lo sucedido me ha ignorado completamente.
— Por lo que me contó una fuente muy cercana está muy ocupado con su nueva película, se pasa casi todos los días en el estudio
— ¿Esa fuente por casualidad no será Alan? — mi amiga se sonroja y niega con la cabeza.
— Que va, sabes que no me cae muy bien...
— Ya, claro, y yo soy tonta
— Un poco si que lo eres
Golpeo a mi amiga en el brazo y esta comienza a quejarse de forma exagerada, lo que me provoca una pequeña sonrisa.
— Pensé que lo mío con Pierre estaba progresando, me sentía viva, libre, no sé... Era distinto a lo que viví con Zeus y Noah.
Lydia se acerca aún más a mi y pasa su brazo por mis hombros. Yo apoyo mi cabeza en su cuerpo y comienzo a sentir ganas de llorar otra vez. Siempre he sido una persona muy emocional, creo que llorando es como me expreso la mayoría del tiempo, y sinceramente, no siento vergüenza de ser así, ojalá más gente se animase a abrirse así y a llorar, a liberar de una forma tan natural y humana todo aquello que te sobrepasa.
— Lo siento tanto Beth, yo también pensaba que había progresos, es más, estaba fascinada con mi actitud, no eras para nada esa Beth repipi y prejuiciosa, por primera vez tu mente parecía estar abierta a todo..., quizás el aún no vió eso y por eso actúa así.
— Puede ser..., ¿tú que harías?
— Pues esto que estás haciendo tu no. Siempre estamos demasiado ocupadas esperando que sea la otra persona la que de el paso, ¿y por qué no tú? Yo me plantaría en ese estudio y le demostraría que no me importa nada, sólo él, que realmente quiero intentarlo, y luego haría una magnífica sesión de sexo desenfrenado.
— Pero es que si que me importa su profesión..., su madre me hizo darme cuenta que si, que realmente me influye...
— ¿Pero qué te importa más? ¿Lo que sea que tenías con Pierre o su profesión?
Me quedo callada y mi amiga me abraza antes de levantarse de la cama.
— Eso es lo que tienes que pensar Beth, y cuando estés segura de la respuesta entonces ahí podrás afrontar la situación.
Deposita un pequeño beso en mi frente y se acerca hasta la puerta.
— ¿Te vas?
— Si, tengo 5 trabajos que entregar y tu mucho que pensar.
Sonrío a mi mejor amiga.
— Gracias por estar siempre ahí— digo casi llorando.
— Oh por favor me voy antes de que te pongas tan sentimental.
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Rompiendo tus códigos
Romance¿Qué tienen en común una estudiante de sociología y un actor porno?