Rompiendo tus códigos

Principios y finales

Capítulo 24

Michael

Hoy es un gran día. No sólo porque ya he dejado la pornografía atrás, sino porque hoy se producirá la inauguración de mi restaurante, el que espero que sea un gran éxito.

Durante este tiempo casi no supe nada de Elisabeth, traté de ponerme en contacto con ella pero su respuesta siempre era la misma "tengo unos asuntos importantes que resolver sobre mi trabajo, nos veremos en la inauguración". No quería pensar mal en ningún momento, y no lo hice, tan sólo pensaba que realmente estaba ocupada, y no quería interferir en sus asuntos académicos. Además, eso ayudaría a centrarme más en la inauguración, aunque de todas formas la echaba demasiado de menos.

Mi familia esta contenta con este proyecto, mi madre la que más por supuesto. Creo que ahora respira tranquila al ver que por fin he dejado atrás aquel trabajo, y que he decidido reconducir mi vida hacia otro lado, uno completamente diferente al anterior.

Se que las decisiones que tomé en el pasado no fueron acertadas, pero ahora no será así. Me propuse realizar un cambio en mi vida, y así lo estoy haciendo, y todo gracias a la cabezonería de una pequeña morena que me trae loco, Elisabeth.

Yo rompí todos sus códigos, sus esquemas, puse su mundo patas arriba, pero ella hizo completamente lo mismo conmigo. Por eso estoy decidido a tomar este paso, a pedirle hoy, en el día de mi inauguración, que salga conmigo. Que lo hagamos oficial, que seamos una pareja de verdad, que gritemos a los cuatros vientos que ella es mi novia y yo soy su novio.

Absorto en mis pensamientos mientras coloco mi corbata en mi cuello, mi madre irrumpe en mi habitación, con una pequeña sonrisa de orgullo.

— Te ves guapísimo— ella camina hasta a mi y me abraza por detrás, sus ojos fijos en mi rostro— sabes lo orgullosa que estoy de ti, ¿verdad Michael?

— Si, lo sé

— Pero no estoy orgullosa de ti ahora, siempre lo estuve, se que tu antiguo trabajo no era lo que soñaba para ti, y me dolió enterarme de aquella forma, si, lo admito, pero en ningún momento dejé de sentirme orgullosa de ti— sus ojos comienzan a llenarse de lágrimas, al igual que los míos— has cuidado de tu familia, te has sacrificado en muchos momentos, y por eso es por lo que estoy orgullosa, porque siempre has sido y serás un buen chico.

Me giro y la abrazo con fuerza, mientras ambos lloramos.

— Bueno— dice separándose— se acabaron las lágrimas, hay una chica esperando abajo por ti, no es Elisabeth, así que explícame porque no es ella.

— Pues si no es Elisabeth no sé quien es, y con ella no pasa nada mamá, sólo ha estado muy ocupada con cosas de la universidad, pero esta noche la verás.

Ella toma mi mano y me sonríe.

— Eso espero cariño, porque realmente esa chica es maravillosa.

Bajo las escaleras y me encuentro con una deslumbrante y llamativa Summer, tal cual es ella. Esta me observa sonriente y yo le devuelvo la sonrisa, porque lo único que puedo decir de ella es que vivimos muy buenos momentos juntos, y por lo tanto no puedo evitar guardarle cierto cariño.

— Summer, ¿qué haces aquí? — me acerco a ella y deposito un pequeño beso en su mejilla.

Esta me sonríe de forma descarada.