Conociendo a los Blynton

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Capítulo 22

Elisabeth

Estoy nerviosa, muy nerviosa, y no sólo por el hecho de presentarle a Michael a mis padres, sino también porque temo que este salga despavorido ante las numerosas preguntas de mis padres, los cuáles en otra vida debieron de ser reporteros de programas de corazón, ya que tienen la capacidad de sonsacar todos tus trapos sucios sin darte cuenta, y algunos hasta los llegan a divulgar.

Michael aprieta mi mano fuertemente mientras yo trato de calmar mi respiración, la cuál parecía descontrolada y parece haber captado tu atención.

— Tranquila Elisabeth, tan sólo son tus padres, no terminator — dice para posteriormente dedicarme una sonrisa arrebatadora.

Dios este hombre parece volverme loca.

— Bueno, cuando se enfadan pueden parecerse a Terminator

Michael se ríe y comienza a acariciar mi espalda. Su boca se acerca a mi mejilla, donde deja un pequeño beso, para después continuar por mi cuello y terminar con su boca pegada a mi oído.

— Todo saldrá bien, ya lo verás.

Termino por asentir y controlar las irrefrenables ganas de besarlo y colarnos en un pequeño callejón a hacerlo como locos, causadas por sus delicados y tiernos besos.

Vuelve a tomar mi mano y entramos en el interior.

Le indico al metre el apellido de mis padres y este nos hace una señal para que lo sigamos. El restaurante es fino, llamativo, algo que me resulta interesante viniendo de mis padres, los cuáles no suelen mostrar mucha predilección por las cosas lujosas.

El metre nos señala la mesa de mis padres, los cuáles se encuentran perdidos en una calurosa conversación, pero cuando recaen en nuestra presencia ambos se callan súbitamente, siendo el foco de su mirada Michael.

— Papá, mamá, él es Michael, Michael, ellos son Adele y Peter Blynton.

— Es un placer conocerlos señores Blynton, su hija me ha hablado mucho de ustedes.

Mis padres sonríen.

— El placer es nuestro chico— mi padre se levanta y aprieta su mano.

— Vaya, pero que guapo eres, sin duda mi Elisabeth tiene buen ojo— dice mi madre entre risas mientras se acerca a darle dos besos a Michael, el cuál se sonroja ante tal atrevimiento.

— Michael siento mucho los comentarios de Adele, a veces a la pobre se le va la lengua, pero no te sientas incómodo, todo es acostumbrarse— mi padre le guiña un ojo mientras Michael y yo nos sentamos.

— Y bien Michael, ¿a qué te dedicas? — pregunta mi madre

— Pues verá era actor, pero he decidido dejarlo para dedicarme por completo a la apertura de mi restaurante

Mi cerebro parece haberme jugado una mala pasada, porque me ha parecido escuchar que quiere dejar de ser actor, ¿puede ser eso cierto?

Me muestro sorprendida pero decido no preguntar nada sobre ello, ahora no es el momento, y menos con mis padres delante.

— Vaya, tu propio restaurante, ¿te gusta la cocina? — pregunta mi padre.

— Así es, es mi pasión, llevo cocinando durante años, no de forma profesional, sino más bien como hobby, pero se por comentarios de varias personas que es algo que se me da realmente bien, y siempre fue mi sueño contar con mi propio lugar donde mostrarle a todos y todas lo que más me gusta hacer.

Rompiendo tus códigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora