Capítulo 13
Elizabeth
Michael me penetra una y otra vez. Mis músculos internos se contraen ante el placer que me provoca la forma en la que se mueve, como sus manos aprisionan mi trasero y lo aprietan durante cada embestida.
Un cosquilleo extraño comienza a surgir en mi, una ola de placer comienza a embargarme y de repente noto como una explosión inmensa en mi sexo que no puede evitar que gima de placer. Me siento extasiada y no entiendo como se produjo eso.
Michael sonríe al verme así y se sigue moviendo hasta que instantes después lo escucho gemir también y disminuir el ritmo, indicándome que acaba de alcanzar su placer.
Michael sale de mi sexo y revisa el condón para después quitárselo y tirarlo a la basura de mi habitación. Vuelve a la cama y se acuesta a mi lado. Yo no sé si lo que voy a hacer le parecerá mal o no, pero me giro y lo rodeo con parte de mi cuerpo, abrazándome al suyo.
— ¿Te ha gustado? — pregunta mientras acaricia mi pelo.
Sonrío avergonzada sobre su pecho.
— Si, mucho, incluso llegué a sentir algo que..., nunca había sentido.
Michael se remueve y coloca sus dedos en mi mentón, alzándolo de tal forma para que lo mire.
— ¿Qué sentiste?
— Mucho placer, ahí abajo, es como alcanzar el paraíso, algo indescriptible
Michael comienza a reírse y yo me sonrojo y comienzo a enfadarme. Parece que mis palabras son un chiste para él.
Dejo de abrazarlo y me incorporo de la cama tapando mi desnudez con las sábanas, pero Michael tira de mi brazo y me sienta en ella de nuevo.
— Hey, no te lo tomes a mal, no me reía de ti, sólo de los inútiles de tus ex parejas que no fueron capaces de darte un orgasmo— dice con una dulce sonrisa.
¿Orgasmo? Me pregunto a mi misma, o eso creo pero al parecer lo dije en voz alta.
— Si, orgasmo, es cuando una mujer se "corre" como un hombre, ¿entiendes?
Asiento avergonzada.
—Debes de pensar que soy toda una inexperta...
—No lo pienso, tan sólo has estado con unos hombres que tan sólo buscaban su propio placer.
—Bueno, también eres actor porno, eso te da ventaja y experiencia— digo señalándolo con mi dedo índice.
Michael sonríe y muerde mi dedo.
—Puede ser, pero me habría encantado adquirir esa experiencia y ventaja contigo— dice acercándose peligrosamente a mis labios.
—Lo dudo, soy un desastre— digo antes de que el comience a besar mis labios de forma delicada.
Muerde mi labio inferior y se separa.
—Para nada Elizabeth, has sido una de las mejores experiencias sexuales de mi vida.
Me sonrojo y tapo mi cara y el se acerca lentamente a mi cuello para comenzar a besarlo. Y de nuevo vuelvo a tener ganas de más, necesito más.
Gimo y acerco mi cuerpo al suyo mientras comienzo a moverlo.
— ¿Deseas más Elizabeth?
— Si, mucho más.
**
Lydia gira la cucharilla de su café y no deja de mirarme. Se que quiere hacerme muchas preguntas, y sobre todo desde que pilló a Michael saliendo de mi habitación. Desde entonces ha decidido callarse y esperar a que yo diga todo, pero por lo marcada que tiene la vena del cuello se que se muere de ganas de preguntármelo todo.
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Rompiendo tus códigos
Romance¿Qué tienen en común una estudiante de sociología y un actor porno?