Capitulo 2: Presentacion y charla. Un dia con Mokuba

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*esperen la señal*

Un vacío en el ambiente rodeaba a Maya. Se sentía como si flotase en el espacio como los astronautas fuera de sus transbordadores, una absoluta nada blanca la rodeaba; pero no tenía ninguna sensación de miedo ni angustia en su interior. Al contrario, una placentera tranquilidad y paz cobijó su espíritu. Deseaba seguir sintieron esa tranquilidad, más una voz nombrándola la hizo abrir los ojos y ver toda la atmósfera brillante mientras sentía la superficie sólida en sus pies.

- Quien está ahí? Muéstrate! - y obedeciendo a sus palabras, una figura masculina conocida para ella hizo acto de presencia - Un momento...Eres Shadi! El guardián de los artículos milenarios!

- Me alegra no ser un desconocido para ti; pero lo que sí es desconocido para ustedes es su destino.

- Destino? Cual destino? Y a qué te refieres con "ustedes"? - en ese momento, el anillo de Maya brilló

- Tú, la portadora del diamante milenario, debes junto al portador del rompecabezas, la portadora del brazalete del milenio y el legítimo dueño del cetro del milenio, reunir cuatro almas unidas por las arenas del desierto y lograr encerrar al mal.

- Cuatro almas?! No Shadi, sólo es un alma y es la del faraón Atem! Cuales son esas otras tres almas? Y con encerrar el mal, hablas de los juegos de las sombras, no?

- Así es. Y con respecto a tu pregunta de las almas: una de ellas vive en tu artículo del milenio, otra yace en el brazalete y la última, sólo el espíritu del brazalete podrá liberarlo. Debes reunirte con la dueña del brazalete y participar en el torneo en donde las tres bestias divinas aparecerán.

- Tres bestias divinas...los dioses egipcios! Entonces estoy en la parte del torneo de ciudad batallas! Perfecto! Se todo lo que pasará! Si le digo a Yugi...

- No puedes - interrumpió Shadi - Se te prohíbe a ti y a la portadora del brazalete no decir los sucesos futuros, incluyendo el verdadero nombre del faraón. Si lo hacen, sus espíritus así como los de sus artículos serán enviadas a las sombras del sueño eterno. Además, aunque el faraón sepa su nombre, no tendrá poder alguno sin otros dos nombres también importantes.

- Que?! O sea que...si abro la boca del cualquier detalle, el espíritu y yo moriremos?! No es justo! - exclamó frustrada la chica cruzada de brazos - De acuerdo. No comentaré; pero al menos dime quién es el espíritu de mi anillo y dime cuáles son esos dos nombres faltantes?

- Eso lo sabrás tú misma - dijo Shadi mientras su llave del milenio brilló con intensidad bloqueando la visión de Maya hasta que la luz se desvaneció permitiendo que la chica viese que estaba en frente de un corredor angosto. Ahí estaba dos puertas, una de madera y con con colores pasteles y la otra de acercó con la marca del milenio.

- Un segundo? Estoy en la mente de Yugi? - la chica se asomó por la puerta alegre y vio muñecas, peluches, dibujos hecho a mano con las imágenes del pequeño tricolor, CDs de música y una foto de su persona cuando era infante siendo abrazada por otra niña parecida a ella -¡¿Estoy...en mi mente?! Entonces...la otra puerta es...del espíritu? - Maya, temerosa de lo que pudiese pasar, se acercó con el frío en las yemas de sus dedos al picaporte plomo de la puerta, lo tomó, trago saliva y lo movió para abrir la rechinante puerta y asomarse al interior - Ho-hola? Es-espíritu? Al-alguien aquí?

- Pasa...no te haré nada pequeña... - le respondió una voz sensual, cálida y con sensación de seguridad en su tono. Maya entró tímidamente al lugar casi posible de ver por las luces tenues de origen desconocido - Asi que eres la pequeña elegida, ¿no es así? - Maya paró en seco su caminar al ver una silueta que comenzó a emerger de las sombras - Eres apenas una criatura...un ave inocente...más dolor me da involucrarte en esto; pero eres la única que me puede ayudar.

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