SIN LUGAR EN EL CIELO

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Aveline Acker yacía en su cama mirando el techo de madera de su habitación. Escuchó el azotón de una puerta pero ni siquiera se molestó en preguntarse el porqué de ese ruido, su padre siempre acostumbraba a azotar la puerta cuando llegaba. Aunque ahora que lo pensaba ella recordó haber escuchado el fuerte ruido de la puerta hace varios minutos, voces provenientes de la estancia y el sonido de alguien que subió las escaleras rápidamente. Ese era el problema de las casas viejas, grandes y con pisos de madera, se podía escuchar prácticamente todo.

El sonido de pasos en la madera de la escalera llamaron su atención. Aveline se levantó de la cama y caminó hacia la puerta para ver qué pasaba hasta que la respuesta se encontró frente a ella. Robert estaba en la puerta de su habitación, la piel de su padre no tenía su tono típico pálido sino que estaba rojiza.

— ¿Estás bien? —preguntó en tono temeroso

—Déjalo ya, ¿puedes explicarme por qué rompiste un matrimonio?

Aveline sintió como si la hubieran golpeado

—No sé de qué hablas.

Ella le dio la espalda a su padre.

—Claro que lo sabes, por favor. En la Ciudad Celestial todo se sabe. ¿Elthon Cranb?, ¿de verdad?

Aveline guardó silencio. Robert la tomó del hombro y la giró hacia él.

—Escúchame bien. Tienes que dejar a ese hombre. No es digno de una Acker envolverse con alguien que ya ha estado casado, y mucho menos que ya es padre.

Aveline no pudo aguantar y explotó contra su padre.

— ¿Eso importa?, sólo estás defendiendo un estúpido apellido. ¿Quiénes son esas personas que nos van a juzgar? No son nadie, papá.

—Por lo que es cierto—dijo complacido Robert

—Sí—aceptó Aveline—No me importa lo que piensen los demás, para que lo sepas él ya va a divorciarse. Ya no tiene motivos para estar ahí.

Robert rio.

— ¿Eres tan ingenua? ¿De verdad crees que él se va a divorciar?

—Sí lo va a hacer, no planeo dejar al hombre que amo.

—Lo vas a hacer a menos que quieras dejar ésta casa

— ¿Por qué eres un monstruo? ¿Por qué condicionas a tus hijos para que no amemos a quien tú no apruebas? Yo no estoy dispuesta a aceptar eso.

Era cierto. Robert Acker les ofrecía todas las comodidades a sus hijos. Claro que con una condición. No tener ninguna relación amorosa hasta que terminaran su carrera universitaria. Claro que para eso faltaba mucho tiempo y Aveline era la hija menor de la familia.

—Porque no quiero que mueras—dijo con los ojos fijos en su hija. — Amber es peligrosa, vino con una pistola a la casa y amenazó con hacerte daño a ti y a la familia.

Aveline miró a su padre con temor. Sabía que no mentía.

— ¿Por eso los gritos? —preguntó

—Sí, ella quiere que dejes a Elthon. ¿Puedes hacerlo?, ¿por mí?, ¿por tu familia? —cuestionó

Aveline guardó silencio hasta que en su interior tomó una decisión.

—Sí—mintió

Aveline no dejaría a Elthon por nada del mundo. Ella lo amaba y él a ella, sólo tendría que ser más cuidadosa cada vez que se vieran, o al menos eso planeaba.

—Por ésta vez haré una excepción y no te dejaré sin nada como le había dicho a tus hermanos que haría si sabía que alguno de ellos tenía un noviazgo temprano—dijo Robert

En ese momento Aveline se arrepentía de no haber seguido los consejos que le dieron Simone y Caleb para ocultar una relación tan bien como ellos lo habían hecho por años.

—Gracias, de verdad—dijo tratando de lograr el tono de voz más convincente que pudo.

—Aveline...Confío en ti, de eso no hay duda. Pero sería un idiota si no pudiera ver que de todos mis hijos, tú eres la más rebelde. Hace poco me ofrecieron un ascenso, uno que no pensaba tomar porque pensé en ustedes. Los Acker tienen una vida casi hecha en la Ciudad Celestial pero, no puedo arriesgarme a que por un amor adolescente todos terminemos muertos.

— ¿Qué estás diciendo? —preguntó Aveline atemorizada

—Nos vamos a la Ciudad de Cristal en verano.

— ¡Qué! ¡No puedes hacer eso! —reclamó

La tristeza había invadido a Aveline. Podía mentirle a su padre y engañar a todos para poder estar con Elthon pero no podía estar con él, si ella estaba a cientos de kilómetros lejos de él.

—Claro que puedo y lo haré—respondió Robert en tono firme

— ¿De verdad te dejas intimidar por una mujer que lleva un arma? —retó Aveline—Ella sólo alardea, ni siquiera lo ama.

—No sabes de lo que es capaz esa mujer—respondió Elthon en tono serio

— ¿De qué es capaz? —cuestionó Aveline

Robert por un segundo consideró en contarle la verdad a Aveline. Decirle todo acerca de Amber. Pero decidió no hacerlo, debía proteger a su hija y ella no tenía por qué enterarse de la verdad.

—Eso no importa. De hecho ahora que lo mencionas, vas a tener un chaperón de aquí a que llega el verano, así evitaré que te veas con Elthon.

— ¡Qué! ¡Papá! —se quejó

— ¡Cállate! No me importa lo que digas, la decisión está tomada. Nos vamos a la Ciudad de Cristal en verano, tú por lo mientras tendrás chaperón y si sabes lo que te conviene, será mejor que esto se quede entre nosotros. Caleb, Simone y Beth no van a estar contentos con la noticia, y si se enteran que por tu culpa nos tuvimos que mudar los problemas van a empezar, y no queremos eso. Tú madre es la única que sabe que Amber estuvo aquí pero ella no sabe lo de la amenaza, apreciaría que no se lo dijeras—concluyó Robert—Sabes que ella es muy emocional, ahora tengo que ir a consolarla porque con el sólo escuchar acerca de tu relación salió corriendo de la sala llorando.

Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Aveline y ella corrió hacia su cama, en donde se aventó y colocó su rostro contra la almohada blanca para ahogar el sonido de su llanto.

—Llora lo que quieras Aveline, eso no va a cambiar el hecho de que nos vayamos de aquí. Algún día lo entenderás, linda, y todo el daño que hoy crees que te hice verás que fue por un buena razón.

Tras las últimas palabras, Robert se fue. Esas palabras rondarían la mente de su hija por años, hasta que las olvidaría, sí, ella sería capaz de dejar el pasado atrás y olvidar, aquel corazón roto sanaría y estaría listo para amar otra vez, lo que Robert no pudo ver en ese momento, era que no se puede esconder la verdad por mucho tiempo, ya que la verdad tiene misteriosas formas de darse a conocer, y así lo haría ante ésta pequeña linda familia.






Una mudanza. Adiós Ciudad Celestial y hola Ciudad de Cristal. Casa nueva. Crisis económica. Una pelea. 3 graduaciones. Otra pelea. Una enfermedad terminal. Dos bodas. Hijos. Una muerte .Cada integrante de la familia escoge su camino.

Las flores sombrías    #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora