23 EL EJÉRCITO CELESTIAL

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El clima de la Ciudad de Cristal es como mi temperamento, a veces rudo cuando llueve sin cesar por algunos días y las calles parecen ríos debido a que el pavimento deja de estar a la vista por culpa del agua, otros días es calmado y parece que nunca pasa nada más que el soplar del viento entre los árboles, y otros desafiante con vientos feroces azotando a los espectaculares de publicidad que se encuentran sobre algunos edificios, provocando la caída de algunos y creando un gran caos en las grandes avenidas de la ciudad al momento de bloquear el paso a los vehículos. Hoy era un día rudo. La lluvia caía violentamente sobre mi cabeza, tenía el pelo prácticamente empapado. Pero no importaba, tenía que pedir ayuda y sabía a quién recurrir, sólo espero que no me fallen.

Mi plan había comenzado, al día siguiente de pasar una noche de chicas con Marysse y Julie, me disculpé con mamá; ella no aceptó mi disculpa de inmediato, pero al menos vio que estaba supuestamente dispuesta a cambiar.

Le había mandado varios mensajes a Luke con algunas indirectas para que me pidiera que fuera su novia, pero no lo hizo, a veces no entiendo a los hombres. Al final fue inútil y logró desesperarme así que le pedí yo que fuera mi novio. El chico parecía el hombre más feliz del mundo, o al menos eso puede interpretar por sus múltiples mensajes de texto llenos de caritas felices y corazones, no ha dejado de mandarme mensajes e inmediatamente después de que aceptara ser mi novio me envió una petición para que en el perfil de la red social apareciera que estábamos en una relación.

Antes de aceptar la petición le envié un mensaje a Drew para que hablara con Tifanny, ella le podría explicar todo, Tifanny ahora sabía mi plan o al menos eso esperaba, le mandé por mensaje una explicación muy simple y vaga pero esperaba que fuera bastante, por lo menos por el día de hoy. La iría a ver pronto así que podría decirle todo lo que pasaba con los Cranb. Sólo espero que no sea demasiado para Drew, él ya ha soportado muchas cosas de mi parte pero una más podría parecerle suficiente para que yo deje de gustarle. Creo que las cosas suceden a su tiempo; queramos o no, así que si algo iba a pasar con Drew tendría que esperar y en el caso contrario tal vez él no era para mí.

Ahora caminaba por una calle privada, el cielo tenía un color gris y la lluvia aún no paraba. Los baches del asfalto estaba llenos de agua de color gris, su superficie se volvía turbia con la caída de la lluvia. Mis tenis eran de tela y estaban empapados pero estaba cerca. Tras varios minutos divisé la reja blanca, tomé fuerzas y corrí hacia ella. Abrí. La fachada de ladrillos naranjas estaba intacta. Crucé el patio. Metí la llave en el pomo dorado de la puerta de madera y entré.

Por favor, tiene que estar dentro. Hoy es domingo así que hoy es día de comida familiar.

Un golpe de temperatura cálido fue lo primero que sentí seguido de un olor a nuez, madera, limón y café. Seguí adelante hacia la sala, escuché el ruido de una charla que se hacía más fuerte conforme me acercaba al comedor que estaba a un lado de la sala.

—Yo creo que no es correcto lo que hace tu jefa, querida, es una maniaca del trabajo —dijo una voz femenina elegante.

—Lo sé pero no puedo...

Tía Beth se quedó pasmada al verme entrar al comedor, todos voltearon a verme como si fuera un fantasma: Tío Tom, Simone y Robert.

— ¿Jordan?—preguntó Robert consternado.

Él usaba un chaleco gris y una camisa púrpura, al menos eso pude alcanzar a ver ya que se encontraba sentado sobre una de las sillas con bordes de madera oscura y terciopelo azul que conformaban el comedor. La mesa oscura de madera rectangular tenía sobre ella algunas tazas de las que salía humo y a lado de ellas algo que parecía ser un pedazo de pastel en unos platos.

Las flores sombrías    #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora