Las flores sombrías #PGP2018

2 SELLADO CON FUEGO

Lunes, el día que más odio de la semana. Me faltan tres años para poder entrar a la universidad y estudiar periodismo. Desde muy temprana edad, la búsqueda de la verdad me apasionaba y esa carrera es perfecta para mí

Dios. Dios. Dios. Tarde. Como siempre iba tarde a la escuela, supongo que es común en la Ciudad de Cristal llegar tarde a cualquier lado, la ciudad es un caos. Tomé mi bolso beige del sillón color vino afelpado de la entrada y salí corriendo por la puerta. Usaba un vestido azul turquesa tipo túnica y unos tenis negros; lo sé, mala combinación pero me cambiaría los tenis por tacones beige cuando estuviera a punto de llegar a la escuela. Te lo explicaré mientras camino a la avenida para subir al primer camión que me llevará a la escuela.

Las calles de la Ciudad de Cristal deberían de estar bien pavimentadas y las aceras sin coches que impidan el paso a los peatones pero la realidad es otra; calles llenas de baches y grietas, aceras inaccesibles debido a coches que estorbaban a los peatones, por lo que una persona tiene que caminar por donde pasan los autos, claro, esto en la mayoría de las zonas de la ciudad, en donde no viven personas con mucho dinero, que es tal vez 7/8 de la ciudad, el otro octavo restante se encuentra en buen estado: El Rey, Grecia, Las colinas, La zona de piedra volcánica, en fin. Zonas opulentas.

Subí al camión pintado de color rojo. Pagué con una moneda. El compañero del chófer me lanzó una mirada lasciva, tras ignorarlo me senté hasta atrás. El camión arrancó y el recorrido que haría en 30 minutos seguro lo haría en 15 debido a su gran velocidad. Gracias, ahora regresaré al compañero del chófer.

Es sorprendente el acoso que una persona puede sufrir en el transporte público. Me refiero a persona ya que también a los hombres los acosan, las chicas no somos las únicas que sufrimos de eso, he escuchado historias en las que mujeres mayores u hombres se aprovechan del tumulto que se genera dentro del transporte cuando es escaso y aprovechan para tocar a los chicos o acercarse a ellos, asqueroso. Supongo que existe más consideración si eso le pasa una chica, las personas la ayudan a quitarla del alcance del acosador o lo denuncian en el peor de los casos pero ¿qué pasa con un chico? Luego lo investigaré.

Como verás la Ciudad de Cristal tiene varios problemas, pero por alguna extraña razón, parece que la ciudad no sabe vivir sin esos conflictos, la definiré como una ciudad en la que el caos es funcional. Mi escuela se encuentra en una zona opulenta. La zona de piedra volcánica, famosa por sus grandes mansiones construidas por supuesto, encima de piedra volcánica, arquitectos han hechos maravillas ahí jugando con la naturaleza. Allí es a donde entre las mansiones se encuentra South Wind, una preparatoria cerca de la casas de las personas ricas para su mayor comodidad. ¿Cómo estudio ahí? Pues bien, estoy becada. Pensé bastante en entrar a estudiar ahí pero no me iba a negar a la oportunidad de estudiar en una buena escuela, a pesar de los problemas que sé que tendría por no tener el mismo nivel económico que mis compañeros, decidí aventurarme.

Genial. El camión había llegado a su destino. Un paradero en donde tomaré el otro camión que me dejará frente a la puerta de South Wind. Bajé. Corrí. Me subí a un camión rojo. En pocos minutos arrancó.

Algunas de las personas en el País de Acero se sienten mejor que otras por tener más dinero que ellas. Ahí entran algunos de mis compañeros de escuela. Algunos son de esa clase, otros son indiferentes y otros son buenas personas. Ya los conocerás. Adiós tenis. Hola tacones beige. Pude ver la fachada de piedra gris con letras plateadas de South Wind. Toqué el timbre y tras un efrenón, baje del camión y caminé lo más rápido que pude. Comencé a subir las escaleras que conducían hacía el edificio de paredes blancas y de techo cubierto de tejas rojas.

—Por lo tanto si lanzó una pelota a una velocidad de...

Dejé de escuchar al profesor, odió la física. Claro que todas las ciencias son importantes pero, ¿no crees que algunas son demasiado difíciles? El maestro que tenía enfrente se encargaba de aumentar mi odio por esa asignatura.