27 EN EL LAGO DE FUEGO

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Era viernes por la mañana. Me ofrecí para ir por la medicina del señor Cranb, le dije a mamá que iría a la farmacia del minisúper a ver si podía convencer al sujeto de que me la diera sin la receta, en realidad era más bien para poder tener una excusa para estar afuera esperando a los Acker y a Tifanny. Después de admitir la derrota y aceptar que me iba a Celestial, estaba parada debajo del horrible edificio rosa usando mi vestido favorito; era rojo con lunares blancos, tacones y mi trenza que caía de mi lado izquierdo. Si iba a irme, sería con estilo.

¿Has tratado de ganar algo alguna vez en la vida y te has esforzado tanto que crees que es imposible fallar, pero desafortunadamente fallas? ¿Recuerdas cómo te sentiste? Así me siento hoy. Derrotada.

El aire de la mañana era frío. El sol apenas estaba saliendo y calentaba el pavimento con sus escasos rayos. Respiré y sentí cómo el aire frío inundaba mis pulmones. Sin darme cuenta tenía un auto blanco viejo enfrente; me acerqué y abrí la puerta. Dentro estaba Robert que usaba un chaleco negro, camisa blanca, pantalón negro y sus zapatos de vestir perfectamente lustrados, y tía Beth estaba al volante, usaba uno de sus usuales trajes sastres, el de hoy era violeta. Entré en el vehículo y cerré la puerta.

— ¿Dónde está Aveline? —preguntó Robert.

—Arriba —suspiré.

—Te refieres a arriba alistando las cosas para irse con nosotros, ¿verdad? —preguntó Beth.

—No —dije tajante— Ella no se irá con nosotros, al igual que yo —confesé.

— ¿Qué? —exclamó Beth— Pero tú dijiste que...

—Sé lo que dije —la interrumpí— Y pensaba irme para que así mamá recapacitara pero la verdad es que creo que no lo va hacer, tengo que estar ahí para ella y tratar de que sufra lo menos posible con los Cranb —dije.

El auto olía a una mezcla de cuero, talco, violetas y lavanda.

—Tiene razón, Jordan. Creo que será lo mejor —aseguró Robert— Su madre es muy terca y no se detendrá hasta que Elthon se muestre tal cual es.

—No te vayas, Jordan —suplicó Beth, ahora tenía lágrimas en los ojos— Nunca quisimos que nada de esto pasara, ni que se enojaran con nosotros.

Recordé lo que tía Simone dijo acerca de Robert: "Él tiene miedo a quedarse solo, como todos nosotros, no hay peor temor que el de la soledad"

—Lo sé y no me voy por eso, sino para proteger a mamá —la miré— Entiendo por qué fingiste algunas enfermedades —su expresión se tornó apenada.

Ella pareció abstraerse en sí misma y miró hacía el volante negro.

—Les agradezco toda su ayuda, después de todo creo que nos volveremos a ver en algún punto —dije esperanzada de que mi afirmación fuera cierta —Elthon se casará con mamá y después de unos meses la desechará como si fuera un objeto, supongo que volveremos a Cristal para ese entonces, finales del verano tal vez—me detuve y los miré atenta— ¿Seguirán aquí para nosotras? —pregunté temerosa.

—Claro que sí, Jordan. Somos tu familia y nunca te abandonaremos —dijo Robert.

—Cualquier cosa que necesites puedes pedírnosla —dijo Beth.

—Claro, nos vemos pronto, abuelo. Muchas gracias —dije.

—No hay de qué —me soltó.

Me dirigí hacia mi tía Beth. Ella comenzó a llorar más intensamente pero no pude hacer nada más que agradecerle.

Las flores sombrías    #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora