El chico de mis dibujos© [COMPLETA libro I y II]

Capítulo 29 "Besos sabor a mentira"

*Narra Monique*

Me removí en la cómoda cama al sentir unas manos zarandearme molestamente de un lado a otro. Gruñí y pataleé un poco para luego volver a soñar con el hermoso Shawn Méndez en ropa interior desfilando sexymente para mí y solo para mí. ¡Oh sí! Mi sensual Shawn.

De un momento a otro sentí una traumática oleada de agua fría caerme encima sin control alguno. Chillé e inmediatamente abrí mis ojos incorporándome en la cama, temblando como un estúpido chihuahua de esos que son calvos, no como mi bello loki.

— ¡¿Pero qué mierdas está pasando?! —grité malgeniada mirando con el ceño fruncido a los causante de dicha broma riendo a carcajadas. Emma y Noah se tiraron en el piso de mi habitación casi muertos de la risa, y por poco me vi tentada a patearlos ahí mismo. Tampoco es como si me sorprendiese verlos, pues se habían quedado a dormir en casa.

—F-feliz cumpleaños— dijeron ambos al unísono casi sin poder hablar del menudo ataque de carcajadas de burro con frío que estaban teniendo. Pero todo enojo desapareció al darme cuenta de lo que estaba pasando y entonces todo mi mal humor se esfumó dándole paso a una sonrisa cargada de entusiasmo, contagiándome de su buen humor.

Mi cumpleaños, mi cumpleaños número 18, ya era mayor de edad, libre... Ya podría salir a fiestas sin tener que pedir permiso, ya no tenía hora de llegada, aunque también un mundo nuevo lleno de responsabilidades se cargaba en mis hombros.

Aspiré con fuerza sintiendo el nuevo, el dulce sabor de la libertad. Ya soy adulta, finalmente ya no estaré bajo la aleta de mis padres, finalmente ya no seré esa niña a la que deben sobreproteger, finalmente ya no estaré bajo su sombra. Libre...

Durante toda mi vida había estado sobreprotegida por ellos, ser la niña de papá y mamá no era nada lindo, incluso ser la mayor no ayudaba mucho, porque sí, cuidaban a mi hermano, pero él era hombre y eso ya era una gran diferencia, por ser hombre ya tenía la confianza de ellos ganada. Sin embargo conmigo era diferente, me sobreprotegían, me cuidaban de más, y saber que ya era mayor de edad me hacía sentir mejor, más independiente, esta era la libertad que desde hace tanto estaba esperando, esta la que me llevaría a ser yo misma.