Capítulo 18 "Hannah: La chica felicidad"

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*Narra Emma*

Sonreí como tonta al notar al notar a Adam fingiendo ser un camarero y tras poner los ojos en blanco, le indiqué con mi cabeza que se sentara.

¡Vale! Por un momento me había dado un susto de muerte pues creí que se trataba de Evans, pero no, era mi lindo y raro amigo el que una vez más intentaba sacarme sonrisas. Fácilmente podría acostumbrarme a Adam y sus estratégicas y divertidas formas de hacerme pasar el tiempo sin estar deprimida. ¿Qué habría sido de mi si jamás le hubiera encontrado? Quizás aún estaría llorando en mi habitación, totalmente deprimida.

— ¿Qué haces, bobo? —él rió de medio lado y se encogió de hombros restándole importancia.

—Vine a tomar un smudy a la mejor tienda de la ciudad y encontré a mi bella amiga totalmente distraída—reí una vez más ante sus estupideces. Un mesero real llegó a nosotros para anotar nuestros pedidos y luego de obtener lo que quería, se fue a realizar la orden de mango y cambur para Adam.

>> ¿Sabes? Estaba pensando que tal vez podríamos salir mañana— un tierno puchero se asomó por su cara. Mordí mi labio pero negué.

—No sé... mañana e-es el cumpleaños de un... un amigo y quiero estar en casa— desvié mi mirada de Adam a mis manos en la mesa y luego suspiré.

Quería llamarlo mañana, tenía la esperanza de hacerle un video llamado y felicitarlo, aunque por otro lado, me sentía meramente deprimida de saber que posiblemente no me atendiera. ¡Demonios! Cuanto extrañaba la calidez de sus brazos, el leve zumbido en su pecho cuando hablaba y me tenía abrazada, sus fuertes carcajadas, su voz, sus jodidos ojos de hielo, ¡todo! Le extrañaba todas y cada una de sus células.

—Eso es lo más raro que me has dicho Emma, ¿Por qué quieres estar en casa si es cumpleaños de un amigo? —me miró inquisitivamente y con su entrecejo unido, pero me limité a negar y por suerte, él tampoco insistió más en preguntar—. Como sea. ¿Acompáñame si? Ándale Amor platónico, di que sí... van a estrenar una nueva película que quiero ver y no quiero ir solo. Anda, di que sí...— comenzó a mover su labio temblorosamente y a mirarme con cara de perro callejero haciendo imposible negarme. Sonreí.

El chico de mis dibujos© [COMPLETA libro I y II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora