Capítulo 11 "Atendida con detalles"

1.2K 94 2
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

*Narra Emma*

Mi corazón empezó a latir desenfrenadamente, como si esta fuese la primera vez que lo estaba viendo, como si ya no llevásemos meses conociéndonos, como sí... como si mi estúpido corazón comenzara a enamorarse de nuevo.

¿Por qué aún seguía cautivándome tanto o más que la primera vez que lo vi? ¿Por qué mi corazón aún se embobaba e intimidaba con su presencia? ¡Vaya! Era tan grande el aturdimiento al tenerlo en frente, que sentía que me embelesaba por completo y me abstraía de la realidad a tal punto que incluso sentía que todo dejaba de existir.

¡Demonios! Contrólate idiota. Se supone que estás enfadada con él porque se portó grosero, ¿lo olvidas?

Bueno, conociéndome, estaba más que claro que si lo había olvidado, ¿pero quién no? Si el muy puto vino y con toda la armadura brillante. ¡Joder! Se ve tan jodidamente sexy hoy...

¡Emma! Concéntrate.

— ¡Hola preciosa! —sonrió de medio lado y me giñó un ojo el muy descarado. Sentí mis piernas bailar libremente y me vi obligada a apartar la mirada o terminaría accediendo a todo lo que él me pidiera. ¡Joder! ¡Inútil mente débil! ¡Reacciona!

— ¿Qué haces aquí?... Evans.

Traté de portarme lo más cortante con él a tal punto de terminar diciendo su nombre con desaire. Quería hacerle notar mi muy justificado enfado.

—Tu madre llamó, me dijo que tenías la menstruación y que tu jeans blan...

— ¡Cállate joder! —chillé muerta de la vergüenza y él se echó a reír a todo pulmón.

¡Oh madre! Ahora si te pasaste de la raya. ¿Qué clase de madre le hace pasar a su hija una vergüenza como esta? ¡Ah, claro! La mía.

—Por eso estabas tan amargada esta mañana, ¿a qué si cariño? —susurró tiernamente, pero en su voz se notaba la burla. El muy idiota estaba disfrutando esto demasiado.

— ¡Pues si no te hubieras portado tan grosero...! —me crucé de brazos para hacer notar mi berrinche. El revoloteó los ojos y luego me abrió la puerta del coche, pero ni chisté en subirme, no le iba a dar el gusto, antes prefería irme caminando.

El chico de mis dibujos© [COMPLETA libro I y II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora