*Narra Emma*
Como todas las tardes, una pequeña niña estaba sentada al pie de un gran árbol en el jardín del preescolar que cursaba mientras dibujaba felizmente en las primeras hojas de un lindo cuaderno de páginas blancas que su madre le había regalado por su cumpleaños hacia unos meses. Era especial para dibujar pero hasta ese día ella no se había animado a hacerlo pues quería conservarlo impecable y sus dibujos en ese momento, no daban la talla para tan espectacular obsequio.
No obstante, hoy estaba inspirada, su padre la había llevado el día anterior a un parque cercano y la pequeña había capturado en su mente la espléndida imagen de un árbol frondoso que había aprisionado por completo su atención.
Ella trazaba torpemente contornos que parecía todo menos un hermoso árbol primaveral, pero eso la tenía sin cuidado pues el recuerdo tan divino la alentaba a seguir con más fervor.
Su entrecejo estaba unido y su pequeña naricita permanecía arrugada por el mero esfuerzo que estaba poniendo en aquel retrato. Fruncía continuamente sus finos labios por frustración y cada cuanto borraba algún detalle que no le gustaba.
La pequeña rubia estaba tan concentrada en su trabajo que no se percató de que estaba siendo observada por dos pequeños bandidos que ya cursaban tres años más que ella.
Los pequeños estaban dejando bolar su imaginación jugando a cualquier cosa que se les pasara por su mente, y justo en ese momento al que parecía el capitán de su pequeño vinculo, un niño de no más de ocho años de cabello negro y hermosos ojos azul cielo, se le pasó por la mente la idea de fastidiar a la pequeña. Sin pensarlo dos veces le indicó a su amigo pelirrojo que lo siguiera.
El moreno era un niño bastante notable en su salón, presumía de las mejores calificaciones de todo el curso, sin embargo todo ese orgullo se le había subido a la cabeza volviéndolo un niño malcriado y difícil de tratar. Era engreído y maleducado y es que sus padres lo consentían de más.
Daba la impresión que de grande sería el perfecto Don Juan del instituto. De buena familia, nacido en cuna de oro, con notas perfectas y la inconfundible belleza que se podía apreciar a simple vista con solo verlo. Quizás algún día fuera un deportista famoso o como mínimo el capitán del equipo de futbol.
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El chico de mis dibujos© [COMPLETA libro I y II]
RomancePrólogo del libro I: "El chico de mis dibujos" Siempre que llegabas a mi mente, como un hermoso anhelo, tu imagen quedaba representada en las hojas de aquél cuaderno, ese cuaderno que decidí dedicarlo únicamente para ti, en el que las líneas de tus...