Capítulo 20 "El príncipe encantador y cenicienta"

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*Narra Emma*

¡No, no, no, ¿Por qué ahora?! Justo a la persona que menos quería ver en el universo entero está parado frente a mí, ¿Por qué? De todo lo que me has hecho destino, esta es tu peor jugada.

Inevitablemente mi corazón se aceleró, eso era algo que no podía evitar porque ¡por las bragas de madona!, Evans ocasionaba eso y mucho más; me encantaba, me encantaba y no podía evitarlo, pero mi orgullo me obligaba a permanecer seria aun cuando un manantial de emociones se desatara en mi interior.

— ¿Puedo pasar? , preguntó amablemente, pero ni eso me conmovió, es más, esa hipócrita amabilidad solo me llenaban de cólera.

— ¿Tengo otra opción? —dije con desdén a lo que él negó mientras una estúpida sonrisa victoriosa se formaba en sus labios. Oh sí, como quisiera estampar mi puño ahí. —Vale...—me eché hacia atrás permitiéndole el acceso, y en cuanto el pasó por mi lado, un exótico aroma varonil me inundó por completo; olía a limpio y a su vez dejaba a su paso un hilo de olor efluvio que podría hacer babear a cualquiera, tal vez de ser otra la ocasión, yo sería una de esas, sin embargo justo ahora quería darle una patada bien merecida en su las bolas.

Mierda, se me está pegando lo vulgar de Moni.

Cerré la puerta y me crucé de brazos observando con amargura como se quedaba viendo con mucha más atención de la que merecía mis fotos de pequeña. — ¿Vas a quedarte como idiota o me darás las clases?—. Él posó su atención en mí y negó acercándose al sofá mientras una sonrisa torcida se formaba en su cara.

—Ey, soy tu nuevo instructor, como mínimo merezco respecto— bufé. ¿Realmente era necesario soportar esto? definitivamente no, ¿Por qué demonios no lo estoy echando a patadas ya?

Mi celular empezó a sonar, lo saqué de mi bolsillo y vi que era mi madre. Me vi tentada en no contestarle pues sabía por lo que llamaba... — ¿No vas a contestar? —preguntó él, rodé los ojos.

—Eso no te importa—, y antes de que pudiera articular algo al respecto, contesté el celular dejándolo con la palabra en la boca— ¡Madre! hola—. Llevé el aparato a mi oreja.

El chico de mis dibujos© [COMPLETA libro I y II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora