*Narra Evans*
Rocé el orillo de la copa llena de vino, luego la cogí en mi mano y la llevé a mi boca bebiendo todo el líquido carmesí en ella. Lo bebía sin delicadeza alguna pues este era el punto en el que cualquier tío quiere emborracharse, sin embargo en la reserva especial de mi padre solo había todo tipo de vino. ¿Quién demonios pretende coger una buena borrachera tan solo con vino? Es estúpido.
Reí ante mi propio complejo y volví a llenar una vez más la copa para luego repetir el proceso, no obstante esta vez me lo tomé con delicadeza, saboreando el buen gusto de mi padre para el vino francés.
— Quoi de mieux qu'un bon vin de Bourgogne?
Me encaminé al balcón de mi habitación y me apoyé en este mirando hacia afuera y de vez en cuando la luna. Moví suavemente la copa en mi mano y volví a reír, esta vez con mucha más nostalgia que antes.
Me sentía mentalmente destruido, agotado, obstinado, enfadado y por supuesto dolido.
Una surtido de emociones no muy admirables ni amenas pero que sin duda alguna impregnaban mucho más fuertes que cualquiera otra. Eran de ese tipo de sentimientos que te hacían pensar en todo a la vez y también en nada, que te hacían sentir mil cosas y después solo te dejaban un mal sabor en la boca. ¿Pero quién era yo para juzgar al destino por brindarme la vida que me tocó? Nadie, solo un simple servidor que aun intentaba adaptarse.
Muchos quizás sufrían más y muchos otros ciertamente menos, pero al final, todos terminábamos sufriendo y aunque para algunos el dolor de otro solo se trataba de una simple majadería, para esa persona ese dolor estaba convertido en su pena de muerte, quizá.
Así que de todos modos mi dolor era algo que algún día llegaría, más temprano que tarde a lo mejor. Muchos literarios famosos expresaban en sus palabras "Aquel que tenga una condena, de ella que se fortalezca y aprenda", aunque aun así el consuelo de esa frase solo serviría de esperanza pues aunque el tiempo borraba los recuerdos, jamás se iría el dolor y la ausencia de lo que te había hecho feliz, eso era permanente.
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El chico de mis dibujos© [COMPLETA libro I y II]
RomancePrólogo del libro I: "El chico de mis dibujos" Siempre que llegabas a mi mente, como un hermoso anhelo, tu imagen quedaba representada en las hojas de aquél cuaderno, ese cuaderno que decidí dedicarlo únicamente para ti, en el que las líneas de tus...