*Narra Emma*
Ese momento incomodo en el que sabes que la regaste y quieres que te trague la tierra. ¡Aja! Si, ese que yo ya he vivido tanto, pues... digamos que hay otro nuevo para agregar a la lista. Creo que hasta podría hacer un libro titulado "las meteduras de pata de Emma Bonhan".
— ¿Qué fue lo que sucedió? —me atreví a decir después de un horroroso silencio.
—Él me dejó y me dijo que aún estaba enamorado de Moni a pesar de todo ¿Qué pretendías que hiciera después de eso? ¿Rogarle? ¡Tengo orgullo sabes! —mi boca cayó al suelo, no literalmente, claro está, pero creo que mi cara de sorpresa habló por mí.
— ¡Oh vaya! Cuanto lo lamento— fue lo único que pude decir después de la estupidez que había cometido.
—No te preocupes, sé qué es tu amigo y lo quieres cuidar, pero yo no puedo hacer nada si él no me quiere cerca Emma. Me duele, y estar cerca de él para que luego me rechace me hará mucho más daño.
Suspiré dándome cuenta del estado en el que verdaderamente se encontraba Noah, no solo yo la estaba pasando mal, él lo estaba sufriendo aún más.
Conociéndolo, de seguro se la pasaría solo en su casa, sin el apoyo de sus padres porque estos trabajan todo el tiempo, sin el apoyo de Aztridh porque él mismo la alejó, sin mi apoyo porque me he portado como una chiquilla malcriada, ¡Joder! Soy una terrible amiga.
—Vale, hasta luego Tris.
—Adiós E.
Le colgué y me recargué en la espaldera de la banca, sin saber muy bien que hacer ahora. El receso tardaba más o menos unos quince minutos y apenas habían pasado cinco. Usualmente para este tiempo Monique y yo e incluso Noah a veces, ya nos habíamos encontrado y estaríamos por ahí caminando y hablando de cosas triviales.
¡Caramba! Era justo en este punto donde me daba cuenta que lo difícil no eran las clases, sino los recesos.
Extrañar algo después de que ya no estaba era el momento justo en el que nos hacía pensar en el hecho de que nunca se aprovechan los momentos más cotidianos de la vida, porque después puede que no se vuelvan a repetir, quizás no nos damos cuenta de la falta que nos hace algo hasta que lo necesitamos.
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El chico de mis dibujos© [COMPLETA libro I y II]
RomancePrólogo del libro I: "El chico de mis dibujos" Siempre que llegabas a mi mente, como un hermoso anhelo, tu imagen quedaba representada en las hojas de aquél cuaderno, ese cuaderno que decidí dedicarlo únicamente para ti, en el que las líneas de tus...